«La actividad humana está provocando una destrucción de la biodiversidad mil veces más rápida que los ciclos naturales», afirma tajante el responsable del área de Conservación de la Naturaleza de Ecologistas en Acción, Theo Oberhuber, en la presentación del informe sobre cumplimiento por parte de España de la estrategia europea de protección del medio ambiente. Un estudio cuyas conclusiones no son muy positivas. «De las 37 acciones establecidas por Bruselas para frenar la destrucción de la biodiversidad, nuestro país, según Ecologistas en Acción, solo ha implementado completamente una, la correspondiente a la firma del Protocolo de Nagoya, relacionado con los recursos genéticos», lamenta Oberhuber.

En 2011 los jefes de Estado o de Gobierno de todos los países de la Unión Europea aprobaron el objetivo de detener en 2020 la degradación de los servicios ecosistémicos de la UE, y restaurarlos en la medida de lo posible. «Para ello, aprobaron la Estrategia de la UE sobre la Biodiversidad hasta 2020», explica Isabel Díez Leiva, coautora del informe.

Basándose en la evaluación intermedia que la propia UE hizo del cumplimiento de la estrategia de protección de la biodiversidad para 2020, y en la información recabada de la Administración española, Ecologistas en Acción concluye que el Estado español solo ha cumplido con la firma del Protocolo de Nagoya. «Otras 14 acciones tienen importantes retrasos en su implementación y posiblemente no se completarán antes de 2020. Y entre ellas destacan algunas tan esenciales como la puesta en marcha de planes de gestión para todos los lugares de la Red Natura 2000», señala Díez Leiva. Las restantes 22 acciones están sin implementar, «lo que quiere decir que las administraciones españolas no ha adoptado medidas eficaces para su cumplimiento», continúa diciendo Díez Leiva.

Faltan planes de gestión

«Aunque es cierto que se han hecho grandes avances en el caso de algunas especies emblemáticas, el resultado general es catastrófico», asegura Oberhuber. «Proteger la biodiversidad no es solo conseguir que 15 parejas más de águila imperial críen en nuestro territorio. Eso es muy importante, pero no es ni muchos menos lo único. Necesitamos un plan de emergencia global», critica el responsable de Conservación de la Naturaleza de Ecologistas en Acción.

Según desvela el informe de Ecologistas en Acción, con datos de abril de 2016 de Europarc-España, actualmente apenas el 50% de nuestros espacios de la Red Natura tiene aprobados, como exige la UE, sus planes de gestión.Un trámite que depende de las comunidades autónomas y que se ha hecho «de forma muy dispar y descoordinada», lamenta Oberhuber. De hecho, mientras que comunidades como Galicia, Asturias, Castilla y León, Cataluña, Madrid o Extremadura tienen aprobados el 100% de sus planes, otras como Cantabria están aún tramitando poco más del 10% de lo que deberían haber aprobado a principios de 2015.

Pero no toda la culpa es de las comunidades autónomas, reconoce Oberhuber. «Puede parecer increíble, pero aunque en el caso de la Red Natura 2000 estamos hablando de la joya de la biodiversidad europea, no hay fondos comunitarios directos para su gestión». concluye.

La respuesta del Ministerio

Desde el Ministerio de Medio Ambiente, ponen sin embargo el acento en que el Gobierno de España «ha hecho grandes avances en esta legislatura en materia medioambiental, y así lo hizo constar, la OCDE en su último informe de 2015, donde reconoció “el progreso espectacular del comportamiento medioambiental español en prácticamente todos sus indicadores”, tras un trabajo de 18 meses de intenso estudio», remarcan a ABC fuentes de ese departamento.

Según el Ministerio, «se han iniciado o incluso completado acciones para casi la totalidad de los objetivos. En términos generales, puede concluirse que 222 de las 281 acciones contempladas en el Plan están siendo desarrolladas o han finalizado, es decir, cerca de un 79% de ellas». Incluso recuerdan que la Agencia Europea de Medio Ambiente, en su último informe, «ha constatado que España está en la senda de cumplimiento de sus emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2020».

En todo caso, las mismas fuentes reconocen que «al igual que lo que ocurre en todos los países del mundo, queda camino por recorrer para una efectiva protección de la biodiversidad española, la más rica de toda la Unión Europea».

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