El Ministerio de Medio Ambiente ha remitido un informe a la Comisión Europea sobre los 'puntos negros' de la contaminación atmosférica en España que no es ajeno en absoluto a la realidad de la provincia leonesa.
07/02/2006
El informe 'suspende' la calidad del aire en tres puntos de esta provincia: La Robla, San Andrés del Rabanedo y la capital leonesa y suscribe así las denuncias realizadas desde hace años por los ecologistas leoneses. El Ministerio señala que en el caso de La Robla se superan los límites permitidos de dióxido de azufre, SO2, a consecuencia de la presencia en esta localidad de la central térmica. En el caso de León y San Andrés también
destaca que el volumen de partículas en suspensión que existen en el aire es mayor del que debería.
El Gobierno incluye así estas zonas de León entre las que superan los límites legales y calcula que unos 12 millones de ciudadanos en España respiran un aire altamente contaminado. Entre las ciudades señaladas por Medio Ambiente se encuentran otras como Madrid, Barcelona, Bilbao, Málaga, Sevilla y la cercana Gijón, además de puntos industriales del País Vasco y Cataluña. En el caso de León es destacable el hecho de que la provincia, no
siendo una región con una gran presencia industrial, alcanza los niveles de contaminación de otras con un mayor entramado de este tipo.
Este informe viene a apoyar las quejas de los colectivos ecologistas de la provincia, que desde hace años subrayan la gravedad de la contaminación en León. A mediados del mes pasado este periódico recogía las críticas de la asociación Ecologistas en Acción que indicaba que en el año 2004 la contaminación producida por la térmica de La Robla había superado hasta en 31 ocasiones los niveles de peligrosidad para la población. Los ecologistas
señalaban que las emisiones de dióxido de carbono, dióxido de azufre y otras partículas emitidas a la atmósfera superaban los límites.
Los preocupantes niveles de contaminación detectados en León y en otros puntos de España han llevado al Ministerio de Medio Ambiente a anunciar la próxima redacción de una Ley de Protección de la Atmósfera. Al mismo tiempo se pide a las ciudades más contaminadas, entre las que se encuentran la capital leonesa y San Andrés, que elaboren planes de mejora de la calidad del aire. Valladolid es también otra de las provincias con mayores niveles
de contaminación, según la asociación Ecologistas en Acción.
La principal cuestión que surge sobre la contaminación atmosférica tras conocer su gravedad es cómo atajarla. Una respuesta nada fácil de dar y en la que suelen diferir asociaciones ecologistas, ayuntamientos, Comunidades Autónomas y las propias empresas. Esta solución es, sin embargo, cada día más urgente. No sólo porque la contaminación se agrava, sino porque las leyes al respecto cada vez son más restrictivas, ya que los límites máximos
de contaminación fijados por la Unión Europea irán bajando hasta el año 2010. Un importante motivo de preocupación para las más de 80 ciudades españolas que superan los límites permitidos por la Unión Europea.
Pocas son las veces que este hecho se traduce en sanciones. Sin embargo, el problema de la contaminación no es sólo una cuestión de emisiones, mediciones, política y medio ambiente, sino también —y fundamentalmente— de salud.
El hecho observado por los expertos en medicina de que las alergias, de todo tipo, se incrementen año tras año se debe en buena medida a la contaminación atmosférica. Entre los efectos nocivos para la salud se encuentran desde las irritaciones de piel y mucosas que puede producir el dióxido de nitrógeno, al asma y el cáncer que puede provocar la presencia de partículas en el aire y las consecuencias del azufre sobre la lluvia ácida, entre
otras cuestiones. Según un estudio de la Comisión Europea en España se producen 16.000 muertes prematuras al año por cáncer y problemas respiratorios.
Fuente: El Mundo
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