El informe ‘Un modelo energético sostenible para España en 2050’ realizado por la consultoría Deloitte ha revelado las cifras que le faltan al país para estar a la altura de lo marcado. Del importe total, la mayor parte -entre 185.000 y 251.000 millones de euros- tendría que ser destinada a las renovables. Además, entre 50.000 y 59.000 millones a redes de transporte y distribución energéticas, entre 38.000 y 73.000 millones a eficiencia energética y conservación y entre 29.000 y 39.000 millones de euros al cambio de vector energético.

El mensaje positivo lo ha querido implantar el socio de Deloitte Alberto Amores que ha defendido que esas cifras presentadas “son asumibles”, al ser una cantidad invertida por el sector eléctrico que se ha estado llevando a cabo en época de crecimiento. Aun así, el informe ha destacado que para alcanzar el objetivo, la apuesta por las renovables debe ser total: para llegar al horizonte de 2050, será necesario que el peso de la producción de origen renovable sea más del 90% del total; un número lejano al actual que se sitúa en el 38%.

Esto quiere decir que de los actuales 52 gigavatios (GW) de renovables instalados en la actualidad se deberá pasar a entre 161 y 216 GW en 2050. Esta implantación de renovables requeriría además una capacidad de respaldo de unos 40 o 63 GW. Deloitte también ha resaltado que para alcanzar estos objetivos medioambientales será necesario limitar los productos petrolíferos a usos en los que no hay alternativa, como el transporte aéreo, y sustituirlos en los demás usos por electricidad o por gas natural.

Y para ello sería fundamental que en España prácticamente todos los vehículos sean eléctricos en 2050, para lo que se debería vender en 2030 ya unos 750.000 vehículos; que el 60% del transporte pesado se tendría que realizar por ferrocarril, cuando actualmente el 95% es por carretera, y que el 90% de los consumos de cocina, calefacción y agua caliente en viviendas y empresas debería ser eléctrico.

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