En diciembre pasado, durante una reunión en la Alcaldía, Claudia Buitrago, recién posesionada en la dirección del Departamento Administrativo del Medio Ambiente, DAMA, le sugirió al alcalde Luis Eduardo Garzón aumentar en una hora el pico y placa para reducir los niveles de contaminación del aire.

Varios asistentes rechazaron la propuesta y advirtieron que una decisión como esa sólo podía tomarse con base en las mediciones de contaminación hechas en los últimos años por la entidad. Buitrago guardó silencio y desistió de la propuesta.

El silencio de la funcionaria tenía una explicación. Desde 2003, el DAMA no ha hecho nada serio en materia de mediciones de contaminación ambiental, ni ha ejercido a cabalidad su papel de autoridad ambiental. Según un informe de la Contraloría de Bogotá conocido por CAMBIO, la situación interna del DAMA es crítica, y el desgreño administrativo es tal, que una de sus consecuencias es que a estas alturas Bogotá no sabe a ciencia cierta cuáles son los verdaderos niveles de contaminación de la ciudad. "El sistema de monitoreo de contaminación atmosférica es inoperante, pues de las 14 estaciones de medición que hay en la ciudad sólo 11 están funcionando –dice el documento–. Las tres que están fuera de servicio no han sido reparadas ni reemplazadas sino desguazadas para repuestos".

Lo anterior en cuanto al aire, pero en lo que se refiere a contaminación por ruido, la situación no es mejor. Y aunque el informe indica que el DAMA visitó 2.122 establecimientos entre 2003 y 2004, y encontró que 993 no cumplen con las normas legales, hasta ahora sólo ha emitido 22 medidas preventivas de cierre y 12 procesos sancionatorios que "resultan inútiles, pues una vez impuestas, la entidad nunca regresa a los sitios a verificar si se cumplieron".

Con el agua también hay problemas, pues la red de monitoreo de calidad instalada en ríos, lagos y humedales que sirve para apoyar la toma de decisiones en materia de abastecimiento de agua y control de inundaciones, según el informe es inoperante porque varias estaciones están fuera de servicio.

De la ineficiencia del DAMA no se salvan ni los animales silvestres que la Policía Ecológica remite al Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de Engativá. Según el informe, de los 2.777 animales que ingresaron en 2004, murieron 1.458.

Parte del desgreño se debe a los malos manejos financieros que le significaron entre 2003 y 2004 pérdidas superiores a 6.000 millones de pesos como resultado de inversiones hechas en dólares. "La política asumida por el comité financiero no fue eficaz ni eficiente –dice el informe de la Contraloría Distrital–. No obstante, al observar la coyuntura revaluacionista del peso frente al dólar, la política de inversión no fue cambiada".

Pero mientras crecen los problemas de salud derivados de la excesiva contaminación en algunos sectores de la ciudad, en el DAMA las cosas no mejoran y la administración distrital no parece reaccionar con eficacia a un problema que afecta a millones de ciudadanos.

 Fuente: Revista Cambio

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