Categories: Noticias Ambientales
      Date: oct 22, 2005
     Title: Según experta de UAM, Yucatán está sufriendo efectos de cambio climático
La península de Yucatán y Tabasco son zonas vulnerables a los efectos del cambio climático y los poderosos huracanes que afectan México por ambos litorales, situación que ya es irreversible y que habrá de afectar de manera permanente a la población de esas zonas, aseguró María del Rocío Torres Alvarado, especialista en la materia de la UAM

22/10/2005

Afirmó que no podemos “seguir siendo muy buenos para atender desastres, llevar perros y atender albergues, sino que debemos entender el nuevo modelo climático y evitar que cada año la gente pierda todo, desde sus bienes y tranquilidad hasta la vida. No es un asunto de cerrar y los ojos y esperar que el huracán se desvíe. Cada año va a ser peor”, explicó.
María del Rocío Torres, especialista en ecosistemas costeros y cambio climático de la Universidad Autónoma Metropolitana asegura que en México no hay conciencia de la magnitud del problema que enfrentan las regiones vulnerables “y persiste la idea de que se trata de anomalías, de años malos. Tenemos ya de 30 a 50 años con alteraciones. Ya no es algo raro; más bien, el clima ya cambió, y no lo aceptamos”.
Evidencias contundentes. Torres Alvarado dijo que hay suficientes evidencias del aumento de temperatura global, en la atmósfera y en los océanos.
“Hay cambios en el patrón de lluvias. El hielo en los casquetes y en las cumbres como el Tíbet, o el Kilimanjaro desaparece o se adelgaza. El Niño pasó de ocurrir cada 7 años a cada 3, con los devastadores efectos en términos de lluvias y sequías. Las capas de hielo antes permanentes, llamadas permafrost, se diluyen”.
La experta afirma que existen modelos predictivos que han acertado, como en el caso de Nueva Orleáns.
Estados Unidos sufrió en Louisiana los efectos del calentamiento a pesar de que su agencia climática y los de la NASA rindieron un informe hace seis años sobre lo que podía pasar en Nueva Orleáns, con un lujo de detalle de anticipación que acertó incluso en el número de muertos y damnificados. El gobierno no hizo caso y la evidencia, ahora, esta todavía bajo las aguas, explicó Rocío Torres.
En México, tenemos los modelos predictivos, pero a nadie le gusta aceptarlos, dice.
Ciclón sin barreras. La península de Yucatán enfrenta ya temporadas ciclónicas devastadoras, y su geografía es especialmente vulnerable, afirmó.
“Hay pocos estudios de la profundidad y alcance de los estadunidenses. Ellos se dedican a sus propios riesgos. Pero las regiones tropicales requieren de estudios más profundos”.
Los pocos estudios que hay son poco optimistas.
La península de Yucatán carece de un sistema montañoso que aminore el impacto de los grandes huracanes. Materialmente barre las extensiones de arbustos y manglares.
“Si registraba un huracán categoría cuatro o cinco (escala Saffir-Simpson) cada cuatro años, era posible que la zona se recuperara. De hecho, los estuarios y las zonas de inundación tienen siglos en este régimen. Pero ahora hay dos o tres huracanes así, y los ecosistemas están cambiando. Las especies no tienen tiempo para recuperarse” afirma la experta.
La gente tampoco.
“En Quintana Roo y Yucatán se ha construido, por su belleza natural, un importante núcleo de infraestructura turística. Creo que es tiempo de reconsiderarlo”, dijo Torres Alvarado.
Someter a la industria turística dos o tres veces al año a evacuaciones, daños en edificios, infraestructura carretera, eléctrica, y sobre todo a riesgos en la vida de las personas, tanto turistas como prestadores de servicios, será cada vez más desgastante, afirma la experta.
El edén bajo agua. Tabasco y la zona sur de Veracruz tienen un problema diferente, pero no menos grave.
“En Tabasco, los mantos freáticos están a nivel de superficie. La tasa de inundación es alta desde hace muchos siglos, y la tendencia a elevarse es directamente proporcional a la frecuencia y severidad de los fenómenos meteorológicos”, explicó.
En las zonas de inundación anual la gente está acostumbrada, pero esta zona crece año con año.
En Villahermosa se han inundado zonas urbanas y lugares considerados secos, y en las zonas rurales esta situación ha obligado al cambio en la vocación agrícola.
Chiapas y Oaxaca tienen un problema adicional en estos tiempos de cambio.
“En Chiapas hay una precipitación menor a la de Tabasco, pero en el mejor de los casos, llueve 3 mil milímetros cúbicos al año. El problema es que toda esa agua cae en un solo día”.
Por ello, los ríos toman una fuerza destructiva impresionante, más allá de que esté deforestado o no.
“Desde luego que los árboles retienen agua, pero los ríos en Oaxaca y Chiapas tienen mucha pendiente, sin obstáculos físicos y cauces que propician gran velocidad de las corrientes”, añadió.
Todo este corredor, desde la península hasta Oaxaca y Veracruz enfrenta ya un cambio climático que va a enfrentar a su población a desastres continuos.
La solución no es fácil, pero se sabe cuál es, explicó.
“México y los países firmantes del Protocolo de Kyoto han dado pasos importantes, quizá no suficientes, para detener la emisión de gases de efecto invernadero. Pero los huracanes devastadores y las lluvias torrenciales ya no son más una anomalía. Cada año puede ser peor”.
Estados Unidos se planteó ya seriamente algo que suena muy fuerte.
Cambiar de lugar Nueva Orleáns.
“El sólo estudio para una solución de ese tipo es carísimo. EU mismo lo va a pensar mucho antes que se decida a hacerlo. Pero saben que no hay manera de cambiar las cosas”.
“Podemos empezar por no permitir cambios en el uso de suelo. Prohibir asentamientos en cauces de ríos y sus cercanías. Pero en México la tendencia es al revés. Cada vez hay más asentamientos y cambios de uso. Los gobiernos federal, estatal y municipal no entienden la magnitud del problema. Prefieren prepararse para atender desastres, con cierto fatalismo, que ir a fondo y enfrentar el problema de los asentamientos”, afirmó categórica Rocío Torres.

 

  Fuente: Crónica

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