Categories: Noticias Ambientales
      Date: feb 28, 2012
     Title: ONGs mexicanas presionan para actualizar las normas de calidad de aire

Grupos ambientalistas pusieron el martes tapabocas a varias estatuas en México para pedir al gobierno actualizar cinco normas que fijan el máximo permitido de contaminantes de aire, un problema que dijeron mata 14.700 mexicanos al año, casi tantos como el crimen organizado.



Cerca de 34 organizaciones no gubernamentales organizaron la protesta en 15 ciudades mexicanas, por la falta de atención del gobierno a un pedido formulado a mediados de febrero para que se equiparen las normas locales sobre contaminación a las establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"No hubo una reacción oficial, entonces realizamos este acto de impacto visual, colocando tapabocas de uso industrial en figuras (estatuas) de personajes célebres del país" señaló a la AFP Gerardo Moncada, de la organización el Poder del Consumidor.

En la capital, los activistas utilizaron escaleras para alcanzar las cabezas de las esculturas que adornan el Paseo de la Reforma, una de las más conocidas avenidas de la ciudad.

Datos de la OMS citados por los organizadores indican que solo en 2010 la contaminación de aire cobró la vida de 14.700 personas en México, casi la misma cantidad de víctimas que provocó ese año la delincuencia organizada (15.273 muertes).

Para los activistas, las normas mexicanas son bastante laxas: la que regula la cantidad de partículas suspendidas supera en 160% los parámetros de OMS; la del monóxido de carbono los excede en 25% y la de dióxido de azufre fue modificada en 2010 pero supera la norma internacional en 1.340%.

Aparte de Ciudad de México, otras ciudades en el país que padecen el problema se sumaron a la protesta simultánea, como Monterrey, Guadalajara y Puebla.

"Unas 74 millones de personas podrían estar expuestas de manera crónica a esta contaminación y sus riesgos", destacó un boletín distribuido por las organizaciones, al citar que, por ejemplo, entre 2001 y 2005 murieron 38.000 personas por cáncer de pulmón, enfermedades cardiopulmonares e infecciones respiratorias.

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