Fuente: Basque Reserch
Categories: Noticias Ambientales
Date: oct 14, 2005
Title: Una mirada sobre la lluvia ácida
Hace unos años el estudio de los efectos de la deposición atmosférica sobre los ecosistemas forestales, trascendió el ámbito científico y se acuñó el término “lluvia ácida”. Este problema de escala transfronteriza se produce porque debido a la quema de combustibles fósiles la cantidad de óxidos de azufre y nitrógeno en la atmósfera es mayor que aquélla derivada de los procesos naturales.
Estos óxidos en presencia de vapor de agua y en las condiciones de oxido-reducción presentes en la atmósfera producen ácidos que se depositan, entre otros lugares, sobre las masas forestales. Por otro lado, la intensificación del sector ganadero, con la estabulación y agrupamiento de la cabaña, provoca que se localicen las emisiones de amoníaco. Este compuesto, que se deposita cerca de las fuentes de emisión, es capaz de reaccionar con los iones ácidos depositándose conjuntamente con ellos. Posteriormente, ciertas bacterias son capaces de oxidarlo, formando nitrato y liberando protones que acidifican el suelo. Dentro de los efectos de la deposición de estos compuestos sobre las masas forestales son conocidos los desórdenes nutritivos de las mismas. Un efecto clásico es el déficit de cationes (sobre todo magnesio) debido al lavado tanto del dosel arbóreo como del suelo que de estos se produce junto con los aniones (sulfatos y nitratos). Este problema es poco habitual en ecosistemas forestales cercanos al mar ya que en estos lugares la entrada de magnesio con la precipitación es alta. Otra consecuencia es la llamada eutrofización de los ecosistemas terrestres debido al aumento de la disponibilidad de nitrógeno (saturación) en sistemas en los que históricamente este elemento ha sido el limitante para la productividad.
En este trabajo se estudió el reciclaje de nutrientes, en dos fases de cinco años cada una, en dos pinares jóvenes de radiata (en la primera fase) y en dos pinares y dos robledales adultos (en la segunda). Para ello, se tomaron muestras semanales de lluvia, transcolación (fracción de la precipitación que pasa a través del dosel), desfronde (material vegetal que cae de los árboles: hojas, ramillas, frutos…), de los primeros 25 cm de suelo mineral y de material foliar verde y se analizaron químicamente según protocolos estándar. La localización de las parcelas se realizó en función de su distancia a diferentes focos de emisión de contaminantes. Se desarrolló un modelo de balance de flujo en el dosel junto a un modelo micrometeorológico generalizado para estimar la deposición total de constituyentes atmosféricos. Por otro lado, se modelizó el crecimiento y la abscisión foliar a partir de las proporciones de las diferentes cohortes de las muestras de ramas verdes y de desfronde.
La deposición total de nitrógeno fue superior a la que ha sido determinada como carga crítica admisible en ecosistemas forestales europeos por lo que la saturación de nitrógeno de los ecosistemas estudiados es, o será a corto plazo, un hecho. El dosel de las formaciones forestales fue capaz de neutralizar la deposición atmosférica de manera efectiva aunque la acidez potencial fue mayor en las zonas cercanas a los focos emisores. La entrada de iones acidificantes y nitrógeno provocó una aceleración del retorno de nutrientes (cantidad de nutrientes que la vegetación devuelve al suelo junto al desfronde y a la excreción foliar) y una disminución de su retranslocación (reabsorción de elementos nutritivos). Por ello, la eficiencia en el uso de los cationes se vio afectada por la deposición atmosférica de contaminantes. Se constató una deficiencia de magnesio en todas las formaciones adultas estudiadas. La aceleración en el retorno de nutrientes y la disminución de la eficiencia en su uso se proponen como explicación de este desorden.
Gracias a este estudio se concluye que la deposición atmosférica de contaminantes produce daños que pueden agravarse en el futuro, en las masas forestales de Bizkaia.
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