Categories: Noticias Ambientales
      Date: nov  2, 2011
     Title: Richard Muller se rinde ante la "evidencia" del calentamiento global

Richard Muller es un reputado físico estadounidense conocido por su escepticismo sobre el calentamiento global. El prototipo de personalidad científica que buscaban los grupos de presión conservadores para afirmar que las advertencias sobre el calentamiento global son exageradas.



Gracias en parte al dinero proporcionado por una fundación ligada al Tea Party, Muller se embarcó en el Proyecto Berkeley, una amplia investigación destinada a contrarrestar la opinión mayoritaria de la ciencia de que los gases de efecto invernadero creados por el hombre son responsables del rápido aumento de las temperaturas.

Tras dos años de trabajo junto con un plantel de expertos de primera línea, el físico admitió ayer en Nuevo México con un derroche de datos que el equivocado había sido él. La temperatura media en la Tierra es casi 1° C más alta que en la década de 1950, una velocidad vertiginosa que difícilmente se explica por causas naturales.

El equipo de Muller examinó cuidadosamente dos críticas esenciales de los escépticos. Una es que las estaciones meteorológicas son poco fiables. La otra es que las ciudades, que crean 'islas de calor', están distorsionando el análisis de las temperaturas. «Los escépticos siempre plantearon puntos de vista válidos y todo el mundo debería haber sido escéptico hace dos años. Ahora sabemos que los aumentos de temperaturas que se habían divulgado previamente fueron registrados sin distorsiones», reconoció. Muller aseguró que comenzó el estudio «con el escepticismo adecuado», algo que «los científicos debemos tener siempre».

El físico escribió recientemente en las páginas editoriales de 'The Wall Street Journal' -el medio favorito de los escépticos- que a partir de ahora no existe razón para seguir sospechando sobre los estudios que alertan sobre un incremento de las temperaturas. Aún así, su trabajo se resiste a nombrar un causante del calentamiento global, marcando distancias con la inmensa mayoría de la comunidad científica, que lo atribuye a la actividad humana y al uso excesivo de combustibles fósiles.

Leer noticia en fuente original: abc.es