Categories: Noticias Ambientales
      Date: oct  2, 2005
     Title: Chile: balance de los niveles de contaminación atmosférica
En estos días, el gobierno de la Región Metropolitana entregó su balance de lo que fue el plan invernal de Gestión de la Calidad del Aire 2005: tan sólo cuatro alertas ambientales y nueve horas de preemergencia. Este es, sin duda, un gran avance si se considera, además, que muchas de las industrias que operan en la región tuvieron que utilizar diésel como combustible debido a los recortes de gas natural desde Argentina.

02/10/2005

No obstante, pocos se acuerdan que los habitantes de la zona norponiente estuvieron expuestos a niveles críticos de contaminación, poniendo en riesgo su salud sin que la Intendencia lo previera y tomara alguna medida. Tampoco se tiene memoria de la promesa incumplida del gobierno de que el año 2005 sería el fin de las preemergencias en la capital. Hoy todos atribuyen los buenos resultados en materia de calidad del aire a las políticas de Gobierno y a las medidas implementadas a través del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica, específicamente por el retiro de 2.700 buses, la utilización de un diésel más limpio (50 ppm), y un programa de lavado y aspirado de calles, entre otras.

Ninguna autoridad, a la fecha de entregar el balance, hizo reparo en las extraordinarias condiciones meteorológicas que experimentó la cuenca de Santiago durante este período invernal y en la frecuencia de los sistemas frontales que trajeron vientos favorables y un superávit de lluvia de más de un 50%, punto clave en la dispersión de contaminantes durante casi todas las semanas. Menos se hizo reparo en que, a diferencia de 2004, donde las condiciones de ventilación fueron desfavorables para la dispersión de contaminantes, en 2005 se registraron 46 días en que se superó la norma (150 mgr/m3), siete más que el año anterior.

Mientras las autoridades regionales y ambientales siguen sacando cuentas alegres por la disminución de los episodios críticos de contaminación durante el período invernal 2005, la salud de la población sigue expuesta a niveles perjudiciales y Santiago es una vez más una de las ciudades más contaminadas del mundo.

Con una población que supera los seis millones de habitantes, con un parque automotriz cercano al millón de automóviles, con creciente actividad económica y expansión territorial, los problemas de contaminación de la capital no se resuelven sólo con medidas como Transantiago, la Ley de Permisos de Emisión Transable, el mejoramiento de los combustibles, etc. Santiago requiere de nuevas fórmulas para disminuir sus índices de contaminación y que lo logrado hasta ahora, no se revierta.

El problema de la contaminación en la Región Metropolitana es de tipo estructural y guarda relación con la saturación de la capacidad de carga de la cuenca de Santiago, la expansión de la ciudad y las actividades económicas que en ella se desarrollan.

La solución para la capital sólo se dará si se disminuye la carga de la cuenca y se gestiona de manera integral la ciudad de Santiago. ¿Qué significa esto? Fundamentalmente, disminuir su población y sus actuales niveles de actividad económica, así como reducir la creciente expansión horizontal de la ciudad y el consecuente distanciamiento entre los hogares y el trabajo. Actualmente, las políticas de descontaminación se encuentran mal enfocadas y sólo con medidas estructurales de este tipo lograremos reducir la contaminación de la capital. De lo contrario, año tras año seguiremos viviendo crisis ambientales por la calidad del aire.

Paola Vasconi,Coordinadora Programa Medio Ambiente Fundación Terram.

 

  Fuente: El Mostrador

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