Categories: Noticias Ambientales
      Date: sep 24, 2005
     Title: Lecciones sobre cambio climático: Rita y Katrina
"La sucesión de desastres 'naturales' que parecen cebarse en esta ocasión en el país más poderoso de la tierra y cuyas consecuencias e impacto real es aún impredecible, parecen obligarnos a reflexionar con más seriedad sobre las causas profundas de los desastres y del aumento de la vulnerabilidad en las sociedades avanzadas"

24/09/2005

"Resulta curioso que en las últimas semanas se haya vuelto a interpretaciones atávicas de los desastres, que los colocan casi como venganzas divinas o de la naturaleza ante nuestra mala gestión de los recursos que ella nos aporta. La etimología de la propia palabra desastre "dis aster" tiene su origen en esta idea de desprotección por parte de los astros y de los dioses que, según la mitología, los regían. En este caso, Estados Unidos país responsable de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y principal "culpable", por tanto, del calentamiento climático y de la mayor evaporación de los mares, habría sido "castigado", como si de un boomerang se tratara, con el impacto devastador de huracanes de una magnitud poco habitual en otras décadas. Y, aunque nos cueste aceptar este tipo de explicaciones, ¿no les parece que algo de eso hay?

Durante muchos años, Estados Unidos y muchos de sus ciudadanos han permanecido ajenos a los efectos que su conducta tenía en el mundo global: porque afectaba a otros. Cuando aumentaron los cánceres de piel en muchos países del hemisferio Sur, o las inundaciones en Bangladesh tomaron una magnitud desconocida, o la sequía asoló inmensas zonas de África, o desaparecieron bosques debido al calentamiento del planeta..., el gobierno de los Estados Unidos miró para otro lado y siguió obstinándose en no ratificar el protocolo de Kyoto ni el resto de instrumentos legales impulsados por la comunidad internacional. Es más, hace unos meses el Presidente Bush se permitió la osadía de decir que Kyoto estaba muerto y que debía ser superado, pues había nuevos avances científicos que permitirían controlar el calentamiento global por otras vías y que su país no pensaba adoptar medida alguna de reducción de emisiones.

Fuente Imagen: Radio Nederland

Suponemos que ahora tratara de convencernos de que no existe relación alguna entre esto y el agravamiento de los huracanes y tifones estacionales en el Golfo de México. Y todas las evidencias científicas disponibles muestran que, si no una relación causa-efecto directa, sí que hay una correlación entre el aumento de las evaporaciones marinas y la mayor carga de los huracanes. Parecería, por tanto, recomendable que en el mea culpa y la leve autocrítica que el Presidente estadounidense ha hecho por la mala gestión de su gobierno en la respuesta al Katrina, incluyera también cuestiones de más largo alcance como su responsabilidad en el calentamiento climático y su boicot a los esfuerzos para evitarlo. Y esas tardías disculpas no debieran ir dirigidas sólo a los ciudadanos estadounidenses, al fin y al cabo sus potenciales electores, sino al conjunto de la humanidad que es quien sufre las consecuencias de sus decisiones.

Si unas semanas después del tsunami que asoló las costas asiáticas en diciembre de 2004, la Conferencia Internacional sobre la Reducción de los Desastres celebrada en Kobe (Japón) perdió una magnifica oportunidad para mejorar los mecanismos de respuesta internacional ante ellos, en esta ocasión, la Asamblea General de Naciones Unidas tampoco ha aprovechado la sensibilidad creada tras Katrina para dar un paso en esta dirección. La propuesta de fortalecimiento de los instrumentos de las Naciones Unidas para hacer frente a los desastres, en concreto, el aumento de la cuantía del Fondo Rotatorio Central de Emergencias (CERF, en las siglas inglesas) sigue sin contar con el apoyo de numerosos países y, por tanto, deberá esperar. Es cierto que la agenda de la reunión ya era bastante cargada y que otros muchos temas deberán esperar, pero ese tipo de reacciones es lo que uno espera vanamente de los organismos internacionales.

Por eso sorprende que Estados Unidos, que no ha puesto mucho interés en dotar al CERF de los fondos necesarios para una respuesta eficaz, solicitara ayuda internacional tras Katrina. Ayuda que aunque justificable en términos políticos y de diplomacia y amistad, ha sido según todas las noticias, irrelevante e innecesaria.

Mientras tanto, esperemos que Rita, que se acerca peligrosamente a las costas de Louisiana, no tenga efectos tan destructores como su predecesor y que los planes de contingencia puestos en marcha en esta ocasión funcionen. Pero aun así, pasada la temporada de huracanes, los problemas de fondo quedarán sin resolver. Y esos son los importantes."

Autor: Francisco Rey Marcos. Analista del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria. (IECAH)

 

  Fuente: Radio Nederland

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