La instalación gallega, explicaron fuentes de la empresa promotora, entrará en funcionamiento en los primeros meses de 2007 y tendrá una capacidad nominal de emisión de 619.200 metros cúbicos. Aunque se ha barajado una ampliación, Reganosa, centrada en poner en marcha lo que está en ejecución, no ha tramitado por el momento ese proyecto.

Los equipos de Bahía de Bizkaia Gas (BBG), sociedad participada por Iberdrola, la británica BP, Repsol y el Ente Vasco de la Energía (EVE) son capaces de suministrar 800.000 metros cúbicos de gas por hora. En este caso la promotora tiene más perfilado un proyecto para potenciar esa capacidad y la de almacenamiento de combustible licuado, con la construcción de un tercer gran depósito. Las que ya se están ampliando son las regasificadoras de Barcelona, Cartagena y Huelva.

En los tres casos de las plantas del Norte su negocio está en buena medida asociado al funcionamiento de ciclos combinado, a la generación de energía eléctrica en instalaciones alimentadas por gas natural. Bahía de Bizkaia ya suministra a una central que, con una potencia de 800 megavatios, se levanta al lado de la regasificadora. En Galicia el gas tratado en Ferrol sostendrá la actividad de los ciclos combinados que Endesa y Unión Fenosa tendrán en As Pontes y Sabón, ambas en La Coruña. Reforzará, asimismo, el suministro para otros usos industriales y domésticos en Galicia.

La regasificadora asturiana ha sido presentada como una pieza básica en los profundos cambios que se avecinan en el ya potente sector energético regional con el desarrollo de la generación eléctrica, ahora muy especializada en el carbón, a partir de gas natural. Dotar a El Musel ampliado de un infraestructura así garantiza, según ha expuesto estos días el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, la viabilidad de al menos cuatro de los proyectos de ciclos combinados que están sobre el papel. Aunque hay expectativas de más, la Consejería de Industria cuenta con que salgan adelante las centrales eléctricas de gas de HC Energía para Soto de Ribera, la anunciada Iberdrola para Lada o los grupos que la ingeniería Isolux ha propuesto en Avilés. No obstante, el desarrollo de casi todas esas inversiones está condicionado también a que se desbloquee la construcción de las nuevas líneas de alta tensión para evacuar la producción en dirección a la Meseta (tendido Lada-Velilla) y hacia Cantabria (Soto-Penagos).

Pero la regasificadora no mira sólo hacia el mercado interior de Asturias. Su conexión con el gasoducto Ruta de la Plata, la gran conducción que atraviesa la región procedente de León, abre la opción técnica, que también ha considerado el Gobierno regional, de suministrar gas a la zona noroeste de la vecina comunidad. Allí se barajan algunos proyectos de ciclos combinados.

Presumiblemente, si la revisión del plan energético que prepara el Gobierno sigue principios básicos del documento en vigor y las recomendaciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), se mantendrá el criterio de que la red básica de gasoductos conecte entre sí a las regasificadoras. En el Norte la conducción más importante que quedaría por hacer para enlazar las plantas de Gijón, Ferrol y Bilbao ya la esbozó el Ejecutivo anterior: la construcción del gasoducto Treto-País Vasco, que uniría Cantabria a la regasificadora vasca, y su prolongación hasta el área central de Asturias. Con esa conducción, que sustituiría a otra actual de menor capacidad, también sería técnicamente posible llevar gas desde El Musel a territorio cántabro, donde están en proyecto otras dos centrales de gas.
Con las características comentadas el Principado ha estimado que la regasificadora asturiana costará 370 millones de euros (unos 61.500 millones de pesetas). Una inversión notablemente superior a la que se estimaba cuando se empezaron a echar números y que podría liderar la operadora Enagas. Es la promotora de referencia con la que ha mantenido conversaciones el Gobierno regional. Posee ya las plantas de Barcelona, Cartagena y Huelva, pero por ahora no tiene presencia en las del Cantábrico. En Gijón daría un paso para avanzar en su reconocido propósito de hacerse con todas las regasificadoras españolas.