Categories: Noticias Ambientales
      Date: oct 15, 2010
     Title: Asturias: El Instituto Universitario de Oncología insta a actuar contra la contaminación
Tiempo de actuar. Es el llamamiento urgente del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias tras confirmar en un estudio la relación entre cáncer y medio ambiente.


Adonina Tardón, profesora titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo, directora de la investigación, subraya que la evidencia científica es aplastante y anima a las autoridades a tomar cartas en el asunto sin perder tiempo. El Instituto de Salud Carlos III, que ha colaborado en el estudio, lleva tiempo trabajando en la relación entre cáncer y medio natural. El instituto, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha analizado el papel de distintos agentes contaminantes y su implicación en el desarrollo de cánceres y ha realizado también recomendaciones a las administraciones públicas para tratar de reducir este impacto. El consejo básico consiste en realizar estudios sobre la incidencia y la mortalidad de los cánceres y evaluaciones detalladas de las exposiciones ambientales a agentes químicos o físicos.

Agua de consumo. Arsénico, nitratos y desinfectantes

El Carlos III subraya que existen suficientes datos que parecen confirmar que la exposición a través del agua al arsénico, nitratos y nitritos y productos de desinfección como los trihalometanos se relaciona con cánceres de vejiga, pulmón, piel, estómago, riñón, próstata, linfomas o cánceres de colon y recto. El instituto recomienda establecer un sistema de información que permita conocer la calidad de las aguas así como la población expuesta a los contaminantes. El Carlos III se muestra partidario, además, de hacer pública la información.

Agentes en el aire. Combustión del petróleo y del carbón

Buena parte de los contaminantes atmosféricos provienen de la combustión de derivados del petróleo y del carbón para usos industriales, residenciales y de transporte. Las partículas en suspensión, el dióxido de nitrógeno, de azufre, el monóxido de carbono y ozono y compuestos como el benceno son los principales contaminantes. La mayoría de los estudios sugieren un riesgo más alto de cáncer de pulmón. El Carlos III recomienda mejorar los sistemas de información, adecuar las redes de vigilancia a los contaminantes y estudiar el efecto de carreteras con alta densidad de tráfico y de las empresas industriales en la salud de la población.

Tóxicos interiores. El radón, el amianto y el humo del tabaco

El radón es un elemento químico natural que forma parte de los gases nobles. Es incoloro, inodoro y químicamente estable. Tiende a concentrarse en las partes bajas de los edificios, sobre todo, en sótanos. Estudios europeos señalan que un 4% de los cánceres de pulmón pueden estar causados por este gas. El amianto, ya prohibido en España, se utilizó sobre todo para la fabricación de materiales de construcción. Un 2% de la población europea está expuesta a niveles altos de amianto. El material se relaciona con el cáncer de pulmón, de pléura, de peritoneo y de pericardio. Por último, la exposición al tabaquismo pasivo es responsable de hasta un 1,6% del riesgo de cáncer de pulmón. Las recomendaciones del Carlos III son claras. Pasan por identificar las zonas de riesgo tanto para el radón como para el amianto y de establecer programas de actuación. El instituto urge además un cumplimiento estricto de la ley del tabaco.

Otros químicos. Pesticidas, dioxinas y disruptores endocrinos

La exposición laboral a determinados plaguicidas se ha asociado a un aumento del cáncer de pulmón, linfomas y leucemias. Las dioxinas, presentes en productos láctos, carne y pescado, también guardan relación con determinados tumores. Y los llamados disruptores endocrinos, sustancias químicas con capacidad de influir en el sistema endocrino, pueden ocasionar un aumento de la endometriosis, cáncer de mama y otros cánceres hormonales, así como afectar al desarrollo de los órganos sexuales en la infancia y en la adolescencia. Precisamente por eso, el Instituto de Salud Carlos III recomienda desarrollar un programa de productos químicos que aborde todo lo relativo al registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias. Y propone además fortalecer la relación entre el Ministerio de Sanidad y las autonomías.

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