Categories: Noticias Ambientales
Date: ago 30, 2005
Title: Asturias: disminuye la contaminación por material particulado en Langreo
Langreo redujo la emisión de partículas contaminantes un 47% en los últimos siete años, pero aunque la cantidad de polvo y humo ha descendido desde 1997, todavía está un punto por encima del máximo legal. El Ayuntamiento pondrá en marcha un plan para derogar la catalogación de Zona Atmosférica Contaminada.
El cielo de Langreo ha dejado de pintarse en color gris. La contaminación de la atmósfera por partículas, lo que vulgarmente, conocemos como humo y polvo, ha ido descendiendo progresivamente en los últimos años. Una ley más estricta, el descenso del tráfico pesado por el casco urbano y la mayor conciencia empresarial han permitido que así sea. La reducción de las partículas contaminantes ha sido de un 47,5% entre 1997 y 2004.
El dato es halagüeño
La contaminación de la atmósfera por humo se mide en microgramos por metro cúbico de aire. De los 78 que había registrados en el año 1997 se pasó a 41, el año pasado. El descenso ha sido progresivo en ese intervalo, con excepciones. 1998 fue año negativo. Entonces se registraron 154 microgramos de partículas, cuando el máximo marcado por la normativa europea era de 80.
A partir de 2003 se endureció la legislación, por los perjuicios que en la salud del hombre causan las partículas o humo. El valor máximo que se establece desde entonces es, por ley, de 40 microgramos. En Langreo las últimas mediciones, que se corresponde al año pasado, registran 41. Y este único punto con el que se supera el límite es una razón para el optimismo, máxime si se tiene en cuenta que la legislación es más estricta, que el descenso ha sido general y que ha habido años en los que se ha estado muy por encima del nivel máximo permitido.
Carbones y tráfico
¿De dónde proviene la contaminación? Según explican desde el Servicio de Medio Ambiente de Langreo, principalmente «de la circulación de vehículos y de las industrias, como es el caso de Química del Nalón». También proviene del parque de carbones de la central térmica de Iberdrola, en Lada, y de los camiones o trenes que cruzan el concejo cargados de carbón.
Este mineral contamina por si solo con partículas la atmósfera. Pero si se quema produce, además, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre.
Afortunadamente la contaminación tiende a ir a menos. ¿Cuál es la razón? Las industrias han aplicado nuevas tecnologías para que la producción sea más limpia y menos contaminante. Las inversiones en esta línea han crecido, en unos casos para cumplir la normativa legal y en otros porque la conciencia de los empresarios para la preservación del medio ambiente es mayor. También se ha conseguido reducir por el descenso notable de las cocinas de carbón. En la actualidad, son muchas las viviendas que las han sustituido por otras energías limpias, como el gas o la electricidad. Atrás queda la imagen de las chimeneas humeantes.
Intensificar el control
La medición de las partículas se realiza desde tres estaciones medioambientales. Además del humo se miden otros contaminantes como el dióxido de azufre y de nitrógeno. Ambos han estado por debajo de los máximos permitidos y su tendencia es a la baja, lo que no quitan que sea una fuente de contaminación.
En conjunto, los niveles de contaminación le ha valido a Langreo la catalogación de Zona Atmosférica Contaminada. Pero dado que con el paso de los años los datos han cambiado a mejor, el servicio de Medio Ambiente elaborará un informe que será aprobado en Pleno y remitido, posteriormente, al Principado; un estudio para demostrar que la realidad es hoy distinta y conseguir que se derogue esta etiqueta. El análisis estará realizando en el plazo de tres meses.
La ZAC, como así se conoce en siglas la Zona Atmosférica Contaminada, es una referencia negativa que aparece en publicaciones nacionales sobre el medio ambiente. Hoy por hoy, Langreo y Avilés son las dos ciudades asturianas de las que cuelga este cartel. Es un reclamo poco atractivo. De ahí que derogar la ZAC se haya convertido en uno de los retos del Ayuntamiento en el marco de la Agenda 21, donde se ha hecho un diagnóstico medioambiental del concejo.
Entre los planes para mejorar la calidad del aire, figura desarrollar un segundo plan de saneamiento atmosférico y un plan de acción local para la reducción de gases que producen el efecto invernadero.
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