Categories: Noticias Ambientales
      Date: jun 29, 2005
     Title: Cambio Climático: Datos del Obsevatorio de Igeldo
La serie de la estación donostiarra ubicada en el observatorio de Igeldo constata un calentamiento por encima de lo normal a partir de las inundaciones de 1983. El frío invierno de este año podría ser indicio de un cambio de ciclo.

Temperatura aumenta en Igeldo

29/06/2005

El calor empieza a convertirse en una pesadilla para buena parte de los habitantes del sur de Europa. El rigor de las temperaturas ha dejado en un segundo plano la vertiente festiva del verano, sustituida de golpe por una realidad en la que se mezclan las muertes por asfixia, los incendios, los apagones por exceso de consumo eléctrico y las sequías. Mientras la más luminosa de las estaciones se viste de sombras, la comunidad científica se enzarza en interminables disputas sobre el clima. Unos dicen que el calentamiento es una realidad inducida por la actividad humana y otros se muestran convencidos de que las altas temperaturas forman parte de un ciclo natural cuyo significado aún no ha podido ser desentrañado.

La controversia no tiene perspectivas de resolverse a corto plazo, así que de momento la principal referencia para aproximarse al fenómeno son las series de temperaturas registradas en los observatorios meteorológicos. Se trata de registros que no abarcan un ciclo demasiado prolongado -es difícil hallar series de más de cien años que tengan cierto rigor - pero que permiten hacerse una idea bastante precisa de las oscilaciones climáticas en diferentes puntos del planeta.

Gipuzkoa cuenta desde ese punto de vista con un referente privilegiado: el observatorio de Igeldo. «Las series de temperaturas de Igeldo son, junto a las del observatorio de Tortosa, las mejores de España», explica Margarita Martín, directora en funciones del Centro Meteorológico del País Vasco. El observatorio donostiarra empezó a funcionar hacia 1905 aunque los datos sólo empezaron a ser sistematizados a partir de 1928. La importancia de sus series viene dada porque siempre se han empleado los mismos métodos para medir los registros y porque el entorno apenas ha sufrido alteraciones desde su puesta en marcha.

«Hay series más antiguas pero es difícil encontrar una con la fiabilidad de Igeldo», dice Margarita Martín. «La del Retiro, en Madrid, empezó bastante antes pero apenas tiene valor porque la estación terminó siendo absorbida por la ciudad y eso falsea todos los datos. Hay otros observatorios con series también muy antiguas pero que han perdido todo el valor al introducirse los sistemas de medición automáticos en sustitución de la medición manual. Igeldo -continúa Martín- es uno de los pocos sitios en los que se ha mantenido por un lado la medición manual y por otro un entorno que apenas ha sufrido alteraciones, lo que convierte a sus registros en los más fiables de España junto a los de Tortosa».

Los datos recogidos en el monte donostiarra constituyen por tanto un valioso patrimonio para analizar la evolución del clima. Prueba de ello es que el propio Ministerio de Medio Ambiente recurrió a ellos para realizar un estudio que pronosticaba un incremento de las temperaturas para este verano. El informe, datado en mayo, concluía a partir de esos registros que la temperatura en la zona cantábrica había experimentado un incremento de 1,2 grados en comparación con el periodo 1961-1990. A juicio de la propia Margarita Martín, el estudio carece de rigor científico: «No se hace una comparación con toda la serie de Igeldo, sino con un periodo determinado que coincide con una época fría buscando intencionadamente el contraste de temperaturas».

Series de treinta años

La responsable del centro meteorológico del País Vasco se presta a realizar el cálculo. Explica que el protocolo para las comparaciones metereológicas requiere agrupar los registros medios en series de treinta años. A partir de esas variables, Martín concluye que la temperatura media en Igeldo ha experimentado una subida de dos décimas de grado desde 1928. «Estamos en un ciclo de años cálidos que empezó a mediados de los años ochenta y que se ha caracterizado por unas temperaturas superiores a las que se registraron en otros ciclos cálidos. Todo parece indicar que la influencia de la actividad humana, especialmente la contaminación atmosférica, está haciendo que este ciclo cálido tenga una mayor intensidad que los que se habían conocido hasta ahora».

Una diferencia de dos décimas puede parecer insignificante en un periodo de 77 años. Sin embargo, Miguel Ángel Manjón, técnico del centro meteorológico, dice que esas dos décimas explican muchos comportamientos meteorológicos anormales en los últimos tiempos. «El clima se está haciendo más extremo, hace más calor cuando hace calor y también más frío cuando hace frío. Desde fines de los ochenta se producen registros históricos de máximas y mínimas a un ritmo que hasta ahora no se había conocido».

El clima, puntualiza Margarita Martín, tiene ciclos cálidos y fríos que suelen sucederse cada dos décadas largas en función de un movimiento periódico en el eje de rotación de la Tierra. «Llevamos en un ciclo cálido prácticamente desde las inundaciones de 1983 pero con la particularidad de que en este tiempo se han dado los tres años más calurosos desde la creación del observatorio: 1989, 1997 y 2003, los tres con una temperatura media por encima de los 14,5 grados (la media histórica de Igeldo es 13,2 grados)». Hay que remontarse a principios de los sesenta para encontrar un año que se aproxime a esos valores en toda la serie: fue en 1961 aunque las temperaturas de entonces fueron bastante más moderadas (la media apenas llegó a los 14 grados).

Según la teoría de los ciclos alternantes, el periodo cálido estaría a punto de tocar a su fin para ser sustituido por uno más fresco. Margarita Martín piensa que las bajas temperaturas que se han registrado durante este invierno, que ha sido el más frío de los últimos 19 años, podrían ser el preludio de ese cambio. «Hemos tenido el invierno más frío desde 1986, lo que podría interpretarse como un indicio en ese sentido aunque todavía es pronto para aventurar cualquier hipótesis».

 

Fuente: diariovasco.com