Coordinado por el Institut Cerdà, el estudio se ha realizado en base a los datos registrados en 16 medidores instalados en el perímetro industrial y en los municipios de Constantí, El Morell, Vilallonga, Puigdelfí-Perafort, Reus y Tarragona. También se han hecho mediciones en Barcelona y Prades para poder compararlos.
En el caso del benceno, el único compuesto volátil sometido a normativa, “las concentraciones medias están muy por debajo de los límites establecidos y también en el caso del butadieno, en el que nos hemos fijado en los estándares de referencia de Canadà y Nueva Zelanda”, ha explicado esta mañana Lluís Inglada, del Institut Cerdà. Inglada ha insistido en que la metodología, propuesta por el catédrático de la URV Francesc Borrull, “ha sido avalada por la publicación científica Science of the total Environment”.
Este estudio llega después del que presentó la plataforma Cel Net y el ayuntamiento de El Morell el pasado mes de marzo, realizado por el laboratorio del Centre de Medi Ambient de la UPC. Este informe indicaba que se habían registrado 70 episodios de contaminación entre enero y febrero de este año y que en determinados momentos las emisiones de COV contaminantes superaban los límites permitidos o recomendados.
“Lo que interesa son los valores medios, un pico en una medición no tiene que generar alarma; si hubiera muchos, entonces lo notaríamos en las medias”, ha afirmado Inglada. El director de Repsol en Tarragona, Josep Font, ha explicado que el objetivo es ampliar el alcance del estudio, que se pondrá a disposición de la Taula de la Qualitat de l’Aire al Camp de Tarragona, para que el territorio disponga de más información. Font ha avanzado que en la próxima parada de la refinería, prevista para después del verano, está previsto sustituir el quemador de una de las antorchas “para reducir la emisión de humos y también para reducir el ruido”.
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