Si bien la contaminación del aire afecta a toda la población, en las etapas de desarrollo sus efectos son particularmente nocivos. Ya desde el útero, la exposición prenatal a la contaminación ambiental está relacionada con un menor peso al nacer, mayor exposición a neumonía y disminución de la función pulmonar. Incluso aumenta el riesgo de mortalidad infantil.
En la infancia, exposiciones prolongadas a contaminación están ligadas al desarrollo y empeoramiento del asma, el comienzo de la arteriosclerosis, sibilancias, más constipados y un desarrollo pulmonar más lento. Los efectos de los contaminantes atmosféricos son incluso perjudiciales para el desarrollo cognitivo o la memoria en niñas y niños.
Además, la priorización e invasión del automóvil en nuestros pueblos y ciudades produce otros graves problemas de salud en la infancia por contaminación acústica (influye en el desarrollo cognitivo, problemas cardiovasculares, hipertensión), por el aumento del sedentarismo (obesidad), el detrimento de la seguridad (atropellos) y autonomía infantil (hiperactividad, estrés emocional, aislamiento).
Por eso, desde Ecologistas en Acción aplauden proyectos como Madrid Central, que incidirá positivamente en rebajar el tráfico y la contaminación. La organización ecologista pide compromisos similares a otros ayuntamientos del Estado, ya que los problemas de contaminación no se circunscriben a esta ciudad. Asimismo exige responsabilidad política a administraciones como la Comunidad de Madrid, que están poniendo grandes dificultades a la puesta en marcha de una iniciativa tan necesaria para garantizar el derecho a la salud.
Ecologistas en Acción recuerda a los responsables políticos que vivir y estudiar cerca de espacios verdes mejora no solo la salud infantil, sino también la capacidad de atención. Aunque algunas administraciones están dando pasos, todavía queda mucho por hacer para garantizar una buena salud ambiental a nuestras hijas e hijos.
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