"En Madrid, la contaminación viene sobre todo de los tubos de escape de los vehículos", explica la asociación en el comunicado en el que recuerda que los vehículos emiten una mezcla de pequeñas partículas sólidas de distintos tamaños y de gases como el dióxido de nitrógeno o el monóxido de carbono, que se acumulan en el aire y que son inhaladas por la población al respirar.
"Aunque a veces no se reconoce ni se percibe, Madrid, como otras grandes ciudades, tiene niveles altos de contaminación durante muchos días al año, lo que origina una exposición importante de la población durante largos períodos que daña su salud de manera silenciosa", avisa la asociación, que recuerda que las personas más expuestas son las que viven cerca de vías con mucho tráfico y en barrios con poco arbolado y pocas zonas verdes.
La contaminación del aire aumenta los ingresos hospitalarios por problemas cardiacos, accidentes cerebrovasculares, bronquitis, asma y otras enfermedades respiratorias, así como la mortalidad por estas causas, y afecta también al aumento del riesgo de recién nacidos prematuros y con bajo peso.
A largo plazo, advierte esta entidad, aumenta la probabilidad de padecer cáncer de pulmón con efectos peores para ancianos, embarazadas, población infantil y pacientes con enfermedades cardiacas y respiratorias previas.
"Hay base científica suficiente para pensar que la restricción del tránsito de vehículos privados con motores de combustión en el Madrid Central, si se ejecuta de forma correcta y se mantienen en el tiempo, reducirá de manera importante la concentración de partículas sólidas, dióxido de nitrógeno y otros contaminantes en el aire", defiende esta asociación.
Y por ello la entidad apunta que "Madrid Central es el primer paso para mejorar la calidad del aire" y que tendrá un gran impacto beneficioso en la salud de los madrileños.
La Comunidad de Madrid tiene "el aire más limpio de los últimos ocho años", según la consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras
La consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Rosalía Gonzalo, dijo ayer en el Pleno de la Asamblea autonómica que la región madrileña tiene "el aire más limpio de los últimos ocho años" y aseguró que "hemos logrado reducir los contaminantes en más de un 20%, mientras que en la ciudad de Madrid la contaminación ha aumentado un 20%".
La consejera, que compareció para informar sobre si la política de su consejería pone en peligro los acuerdos del Gobierno central y la UE en términos de reducción de contaminación atmosférica, dijo que "la respuesta es rotundamente no" y señaló que "no hay nada que favorezca más la calidad del aire que el fomento del transporte público".
Agregó que desde 1999 hasta 2015, las medidas puestas en marcha por los gobiernos populares de la capital han reducido las emisiones un 60%.
Refiriéndose a Madrid Central, declaró que "nuestras medidas en el gobierno municipal eran progresivas, basadas en incentivos y siempre buscando opciones alternativas", mientras las del Consistorio capitalino gobernado por Ahora Madrid "se basan en la expulsión del vehículo privado".
"Aquel proyecto no suponía cerrar la Gran Vía y otros viales esenciales de comunicación y distribución del tráfico, como hace el suyo", dijo Gonzalo, quien manifestó que "nuestras medidas se realizaban en base a datos técnicos sobre movilidad sostenible, con estudios amplios y contrastados".
En cambio, consideró que el Ayuntamiento actual "no presenta estudios, ni informes de impacto", y dijo que "tenemos las dos páginas que el Plan A dedica a esta medida y con eso parece bastarles porque no les importan ni el rigor ni las consecuencias".
A su juicio, es "posible obtener buenos resultados en calidad del aire sin intervenir en el espacio público de forma tan violenta", y acusó al Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena de estar "privatizando el corazón de Madrid con fines desconocidos".
Tras manifestar que "las ciudades no se transforman desde la demagogia, se transforman con inversiones, con proyectos compartidos y diseñados con inteligencia", destacó que "Madrid no es de Podemos, aunque ahora tengan la responsabilidad de gobernar la ciudad. Son depositarios de una gran responsabilidad que les obliga a despojarse de viejos prejuicios ideológicos por el interés y el progreso de todos los madrileños".
"La historia nos ha mostrado en múltiples ocasiones que los gobiernos con tics autoritarios, como los dinosaurios, tienden irremisiblemente a la extinción", concluyó.
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