Categories: Noticias Ambientales
      Date: jun 14, 2018
     Title: La temperatura media de la Tierra puede subir 1,5ºC ya en 2040, advierte el IPCC

Dentro de apenas 22 años, el cambio climático habrá rebasado ya uno de los límites establecidos en el Acuerdo de París, que firmaron 200 países, porque la temperatura media de nuestro planeta habrá subido ya más de 1,5 grados centígrados.



Esta es la advertencia del borrador del nuevo informe del IPCC, el Panel de Científicos de la ONU sobre cambio Climático, que acaba de avanzar la agencia de noticias Reuters.

Según este informe, los gobiernos aún pueden impedir que esto suceda y, por lo tanto, evitar los impactos más graves del actual recalentamiento de la Tierra, pero, según el IPCC, hay que adoptar ya medidas "rápidas y de largo alcance" en la economía mundial.

Advertencia

"Si las emisiones (de CO2) continúan a su ritmo actual, el calentamiento inducido por los seres humanos superará los 1,5 ° C alrededor del 2040", denuncia este informe, cuyo texto final está previsto que se presente el próximo mes de octubre.

El acuerdo de París contra el cambio climático, que se firmó en el año 2015, se ha debilitado después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, decidiera el año pasado retirarse y promover el uso los combustibles fósiles en Estados Unidos.

Según este informe científico, la temperatura media ya ha subido 1 ° C y el ritmo se acelera, porque, cada década, el calor se incrementa un 0.2 ° C.

Impactos

Una subida de la temperatura media por encima de 1,5 grados centígrados, también producirá un aumento mayor del nivel del mar y expondrá a 10 millones de personas más a catástrofes como inundaciones en las zonas de costa.

Y atención, porque los científicos reunidos por la ONU también advierten que los planes adoptados por los gobiernos son ahora “demasiado débiles para limitar el calentamiento a 1.5 ° C”.

El borrador también calcula que las energías renovables (como la eólica o la solar)

tendrían que aumentar en un 60% para mantenerse por debajo de 1,5 ° C "mientras que la energía del carbón disminuya en dos tercios".

El nivel del mar ha subido 7,6 mm desde 1992

En un gran esfuerzo colaborativo, científicos de todo el mundo han utilizado datos satelitales para revelar que el deshielo de la Antártida no solo ha hecho aumentar el nivel del mar 7,6 mm desde 1992, sino que, sobre todo, casi la mitad de esta subida se ha producido en los últimos cinco años.

Andrew Shepherd, de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y Erik Ivins, del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de la NASA, han dirigido a un grupo de 84 científicos procedentes de 44 organismos internacionales en un estudio que ha dado lugar a la panorámica más completa hasta el momento de los cambios en el manto de hielo antártico.

Su investigación, publicada en Nature, muestra que hasta 2012, cuando se llevó a cabo el último estudio de este tipo, la Antártida perdía 76.000 millones de hielo al año. Esto hacía que el nivel de los mares subiera a un ritmo de 0,2 mm por año.

No obstante, desde entonces la Antártida ha ido perdiendo hielo a una velocidad tres veces mayor.

Entre 2012 y 2017, la Antártida perdió 219.000 millones de toneladas de hielo al año, por lo que el nivel del mar aumentó a un ritmo de 0,6 mm anuales.

Esta información resulta clave para comprender cómo el cambio climático está afectando a la parte más remota del planeta y cómo esto influye en el resto del mundo.

El profesor Shepherd afirma: “Llevábamos mucho tiempo sospechando que los cambios en el clima terrestre afectan a las capas de hielo polares. Gracias a los satélites lanzados por nuestras agencias espaciales, ahora podemos hacer un seguimiento fiable de la desaparición del hielo y de su contribución al nivel del mar”.

“Según nuestros análisis, se ha producido una aceleración en la pérdida del hielo en la Antártida durante la última década, lo que está provocando que el nivel del mar aumente hoy a mayor velocidad que en ningún otro momento de los últimos 25 años”.

“Esto debe preocupar a los gobiernos a los que confiamos la protección de nuestras ciudades y comunidades costeras”.

Aunque para el estudio se han utilizado datos de varios satélites, han resultado de especial utilidad CryoSat y la misión Sentinel-1 de Copernicus, de la ESA.

Equipado con un altímetro radar, CryoSat está diseñado para medir los cambios en la altura del hielo, lo que se utiliza para calcular cambios en su volumen. También está concebido para medir cambios en los márgenes de los mantos de hielo, donde se producen partos en forma de iceberg.

Los dos satélites de la misión de radar Sentinel-1, que estudia el movimiento del hielo, pueden tomar imágenes de la Tierra independientemente de las condiciones meteorológicas y de iluminación, algo esencial durante los meses de oscuridad del invierno polar.

El director de los Programas de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher, añade que es evidente que CryoSat y Sentinel-1 “están contribuyendo de forma significativa a que comprendamos cómo las capas de hielo responden al cambio climático y afectan al nivel del mar, algo que nos preocupa sobremanera”.

“Aunque estos impresionantes resultados demuestran nuestro compromiso con la investigación del clima a través de esfuerzos como la Iniciativa sobre el Cambio Climático y otras actividades de explotación de datos científicos, también indican lo que se puede conseguir al colaborar con nuestros colegas de la NASA”.

“En cualquier caso, de cara al futuro es importante que contemos con satélites que sigan midiendo el hielo terrestre para mantener un registro de los datos climáticos del manto de hielo”.

La pérdida tres veces mayor del hielo de la totalidad del continente se debe en parte a que los glaciares fluyen más rápido en la Antártida Occidental y la península Antártica.

La Antártida Occidental es la que ha experimentado el mayor deshielo, al pasar de una pérdida de 53.000 millones de toneladas al año en los noventa a 159.000 millones de toneladas al año en 2012. Esto se debe sobre todo al rápido retroceso de los glaciares de Pine Island y de Thwaites, debido a la mayor temperatura del agua marina bajo su barreras flotantes.

Eric Rignot, del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de la NASA, añade: “Las mediciones recopiladas por los satélites de radar y Landsat a lo largo de los años han documentado los cambios en los glaciares que rodean la Antártida con un nivel de precisión sorprendente, por lo que contamos con información exhaustiva y detallada para comprender los cambios en el flujo del hielo en la Antártida y su efecto al aumentar el nivel del mar en todo el mundo”.

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