Categories: Noticias Ambientales
      Date: abr 25, 2018
     Title: Barcelona establece su hoja de ruta hasta 2030 contra el cambio climático

El Ayuntamiento de Barcelona fijó este martes su hoja de ruta para mitigar los efectos del cambio climático en la ciudad. Los objetivos que se ha marcado el Consistorio deben alcanzarse antes de 2030 y, además de reducir la contaminación, también cuenta con mecanismos –como la construcción de una red de “refugios climáticos” para las personas vulnerables a las olas de calor– para los efectos que ya son imparables.



El informe, presentado este martes, se denomina Plan Clima y en él también aparecen los efectos que sufrirán los barceloneses si no se actúa contra el cambio climático. Si todo continúa como hasta ahora, en 2050 aumentará dos grados la temperatura global del planeta. Actualmente Barcelona sufre una ola de calor (cuando las temperaturas máximas superan 33,1ºC durante tres días consecutivos) cada cuatro años. Si no se actúa, en 2050 serán entre cuatro y cinco olas de calor al año. Actualmente hay 22 días al año en los que el termómetro supera los 30 grados. En 2050, serán 80. En la actualidad hay reservas de agua en la ciudad para un año pero en 2050 se prevé una necesidad de recursos adicionales de agua potable de 18 hectómetros cúbicos al año. Las inundaciones serán más frecuentes y se perderán playas como la de Sant Sebastià, en la Barceloneta.

El año 2015, en el marco de la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el cambio climático, todos los estados que formaron parte alcanzaron un acuerdo internacional para reducir los efectos del cambio climático. La teniente de alcalde de ecología en el Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, denunció que los compromisos de los estados no son suficientes para alcanzar los acuerdos y son las ciudades las “que están adquiriendo un rol de liderazgo buscando una acción más ambiciosa y urgente”. El Plan Clima destaca 242 medidas en cuatro ejes estratégicos e impulsa una acción transversal que incorpora propuestas sobre los principales ámbitos de la ciudad como son la vivienda, la movilidad, la economía, el agua, la vegetación, la energía, la salud, la gestión de residuos y el consumo.

El objetivo que el Consistorio se propone alcanzar en 2030 es la reducción de los gases con efecto invernadero un 45% respecto de 2005. Para ello pretenden reducir un 20% la movilidad de vehículo privado a motor gracias a aumentar la frecuencia y red de transportes públicos, los carriles bicicleta y el número de supermanzanas. También pretenden multiplicar por cinco la generación de energía solar y rehabilitar energéticamente el 20% de los edificios residenciales de más de 40 años. El compromiso pretende incrementar un metro cuadrado más por habitante el “verde urbano”. En 2030 el consumo de agua doméstica, que en la actualidad es de 107 litros por habitante al día, debe ser inferior a 100 litros. También se pretende erradicar la pobreza energética.

Si se alcanzan los objetivos se mitigarán los efectos del cambio climático pero la situación seguirá siendo mucho más complicada que en la actualidad. Según el Plan Clima, pese a cumplirse los objetivos habrá dos olas de calor al año, 50 días con temperaturas por encima de los 30 grados. El aumento del nivel del mar será de entre 46 y 115 centímetros. El plan también prevé atención como que el 100% de la población tenga a menos de cinco minutos de su domicilio lo que el Consistorio denomina un “refugio climático”, un parque o equipamiento donde se adquiera cierto confort térmico. Por el momento no se ha perfilado qué tipo de equipamientos serán aunque se establecerá un mapa para cuya elaboración se ha empezado a analizar bibliotecas y otros equipamientos con aire acondicionado.

El Consistorio ya ha puesto en funcionamiento su operador energético y pretende multiplicar por cinco la generación de energía solar. Además, impulsará el uso de los terrados como huertos o lugares donde instalar placas solares.

Barcelona ha recibido la certificación de la red de ciudadanos por el liderazgo climático C40 que reconoce la elevada calidad del Plan Clima y certifica que es compatible con los acuerdos de París. Solo Nueva York y París han recibido esta certificación.

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