Categories: Noticias Ambientales
      Date: mar 27, 2018
     Title: El polvo del Sáhara colorea la nieve en el este de Europa

Las pistas de esquí de Sochi en Rusia, que fueron el escenario de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014, normalmente están cubiertas de un manto blanco de nieve. Pero los vientos han llevado el polvo del desierto del Sáhara en el norte de África hasta allí y, desde hace unos días, la nieve tiene un color anaranjado. Este fenómeno, que ha dejado a su paso un paisaje que parece sacado de Marte, también ha tenido lugar en países de Europa del Este como Bulgaria, Ucrania o Rumanía.



"El polvo sigue todo un ciclo", explica el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y director técnico del centro para la predicción del polvo Dust Forecast Center de Barcelona, Enric Torradella. En zonas desérticas es levantado del suelo, se incorpora a la atmósfera, es transportado por el viento y vuelve al suelo cuando hay precipitaciones.

En este caso, ha caído nieve mezclada con polvo. "Este efecto de nieve con un color un poco amarillento o anaranjado también lo hemos visto en España en Sierra Nevada y en el Pirineo", sostiene. Pero en esta ocasión las concentraciones han sido "extremadamente altas" y la nieve ha quedado más teñida de naranja de lo habitual: "El fenómeno en sí no es nada raro, es muy habitual. Lo que no es habitual es una intensidad tan fuerte como en este caso". Esta inusual coloración no ha tardado en hacerse viral en redes sociales.

Torradella afirma que el polvo que ha teñido la nieve de las montañas entró a Europa por Italia hace diez días. "El Sáhara es la mayor fuente de polvo en el mundo y marzo es el mes en el que normalmente se detectan las concentraciones más altas", afirma. En este caso el país más afectado ha sido Grecia. El Observatorio de Atenas anunció el pasado viernes que se trataba de una de las mayores transferencias de arena del desierto del Sahara a Grecia en la historia.

Este polvo del Sáhara también llega a España en algunas ocasiones. De hecho, Torradella señala que este martes ha empezado a entrar una masa de polvo en Canarias, que "se espera que esté hasta el jueves". Allí, según señala, estos episodios son bastante frecuentes y la época en la que esto es más grave es en diciembre y enero ya que el polvo viaja a una altura más baja.

Efectos en la salud

El polvo del desierto tiene un impacto negativo en la calidad del aire y en la salud: puede provocar problemas respiratorios en personas mayores, niños o personas con problemas de asma. A esto, el portavoz de la Aemet añade los inconvenientes en la aviación, ya que al reducirse la visibilidad, las operaciones pueden verse afectadas, y en las centrales de energía solar. Primero, porque hay menos energía disponible, ya que "el depósito de polvo sobre las placas reduce mucho su rendimiento". Además, hace necesarias labores de mantenimiento que pueden ser "bastante costosas".

Pero este polvo también puede tener impactos positivos. Por ejemplo, al funcionar como fertilizador para la agricultura y pesca en zonas donde estas partículas se depositan. "Una vez depositado en el suelo o en el mar las partículas de polvo proporcionan nutrientes como hierro o fósforo", afirma.

Entre el 25 y el 30% del polvo que se emite en el mundo es de origen antrópico

Cuando las concentraciones de polvo son altas, se recomienda no realizar ejercicio físico y evitar espacios abiertos. Los hospitales de los países receptores del polvo, según afirma Torradella, deben de estar preparados para un posible aumento de ingresos. En cuanto a los países de donde proviene el polvo, tomar medidas puede ser difícil: “En mitad del Sáhara una actuación es bastante complicada”. Pero “entre el 25 y el 30% del polvo que se emite en el mundo es de origen antrópico”. Una de las mayores fuentes de polvo son las lagunas que se han quedado secas. También están los terrenos agrícolas abandonados o las explotaciones mineras a cielo abierto. En este caso, Torradella sostiene que se puede intentar poner plantas, ya que sujetan el polvo y evitan que vaya a otros lugares, o llenar las lagunas.

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