El profesor Francisco Olmo del grupo de Física de la Atmósfera y catedrático del departamento de Física Aplicada de la Universidad de Granada (UGR) pone encima de la mesa algunos de los números de estudios que se han elaborado en otras ciudades y las cifras no son muy sobresalientes en cuanto a la reducción de la contaminación.
Explica que, según informes de la Agencia Europea Ambiental, el paso de 100 km/h a 90 km/h en un coche que funcione con diesel, en la emisión de partículas (PM10, partículas de suspensión) la reducción es de un 5%; en el caso de los NOx (dióxido de nitrógeno) es de un 15%, pero aumenta un 15% el CO.
En el caso de los coches de gasolina, las cifras se traducen en un 10% de aumento en los NOx y una disminución de un 20% en las emisiones de CO, y las partículas se mantienen en los mismos niveles.
El profesor Olmo indica, además, que en Granada, según diferentes estudios, el consumo de gasoil y de gasolina es muy similar, casi está al 50% en el último año. «Con estas cifras se puede decir que la mejora no es sustancial desde el punto de vista de emisiones al ambiente», remarca el investigador.
Asimismo, recuerda que en el año 2017, la media en los niveles de dióxido de nitrógeno medidos en Granada estuvo entorno a los 50 microgramos por metro cúbico (el tope se fija en 40 microgramos por metro cúbico). «No sería suficiente la medida de limitar la velocidad para bajar el dióxido de nitrógeno», sentencia. Asimismo, reflexiona sobre la necesidad de reducir estos niveles en un 30%.
También en el Cinturón
A su juicio y tras muchos años de investigaciones y experiencia, sería recomendable que se redujera el parque particular de vehículos que funciona con diesel, y también sería importante que la flota de autobuses diesel se mermara y se fuera hacia sistemas menos contaminantes. A estos dos factores suma la disminución del tráfico rodado en la capital y en el área metropolitana. En este sentido, hace hincapié en la importancia de que se tomen también medidas en los pueblos del Cinturón. «El problema no es solo de la capital. Por eso, sería importante que se mejore el transporte público en toda el área metropolitana», reivindica.
La limitación de la velocidad poco va a arreglar, a su entender y con los estudios científicos en la mano, en cuanto a la contaminación. Recuerda, por ejemplo, que en Barcelona esta actuación no ha tenido un efecto importante en la disminución de los niveles de contaminación que ensucian el aire cada día.
El investigador de la Universidad granadina expone, además, que la idea de la Unión Europea es que en el transporte particular vaya poco a poco desapareciendo el diesel. Si bien, anota que no es fácil porque el parque existente es muy grande.
Asimismo, Olmo recuerda que debería tenerse en cuenta otro tema, que no es de su especialidad, pero que se debe contemplar a la hora de estudiar estas acciones: qué pasaría con los atascos, y si se acentuarían en la autovía. «Lo que interesa es que el tráfico siempre sea fluido porque es cuando menos se contamina», concluye.
El profesor Olmo junto a Lucas Alados Arboledas dio a conocer hace poco en un estudio que el humo de los coches y la quema de rastrojos ‘pintan’ de hollín la Alhambra. Las investigaciones sobre la contaminación y sus efectos en Granada es un trabajo que les ocupa desde hace años. Muchos de sus trabajos los realizan desde el IISTA-CEAMA en la capital granadina, cerca de la Circunvalación, una vía por la que transitan diariamente 200.000 vehículos.
Leer noticia en fuente original: http://www.ideal.es/miugr/limitar-velocidad-90kmh-20180210132840-nt.html