Vázquez explicó que su formación política encargó un análisis al Laboratorio de Gas Radón de Galicia y que los resultados revelaron que en estas instalaciones hay una presencia de 941 Becquerelios por metro cúbico (Bq/m3).
"Es más del doble del límite establecido por la Organización Mundial de la Salud, que está establecido entre 300 y 400 Bq/m3", abundó.
El portavoz de OUeC alertó de que las mediciones de dicho laboratorio también han revelado "picos de medición de hasta 2.000 Bq/m3", lo que supone "un verdadero problema de salud para los trabajadores del sótano" del edificio, donde están situadas las oficinas de Democracia Ourensana (DO), OUeC, los alguaciles y el servicio de reprografía.
Vázquez solicitó el "traslado urgente" de estos servicios a otras instalaciones y que de forma "urgente" se les haga llegar las mediciones realizadas por el Ayuntamiento en el resto de dependencias municipales "ante la sospecha" de que esta situación se produzca también en otras instalaciones.
"NO HAY NINGUN RIESGO"
Desde el organismo local de Ourense señalaron que los niveles de gas radón "son axeitados para os traballadores e para o público, segundo a avaliación do laboratorio da Universidade de Santiago".
El grupo de Gobierno, a través de un comunicado emitido ayer, señaló que el estudio realizado por el laboratorio de Medición y Mitigación de Radón, del Departamento de Física de Partículas de la USC y por la empresa Intera en abril, "concluye" que "no hay ningún riesgo" para los trabajadores ni para los usuarios que acuden a realizar sus gestiones en edificios municipales.
Los análisis se realizaron en cinco edificios municipales: el ayuntamiento, el edificio municipal de la Plaza de San Martiño, el centro de iniciativas empresariales, la cárcel de la Corona y el Hogar del Transeúnte.
El radón proviene de emanaciones del terreno y es habitual en Galicia, debido a que se trata de terreno de base granítica. Su exhalación a la atmósfera da como resultado concentraciones de pocas decenas de Becquerelios por metro cúbico que se diluyen con los gases de la atmósfera.
En espacios interiores donde penetra y se acumula, puede alcanzar valores de más de mil Becquerelios por metro cúbico, muy nocivos para la salud.
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