Categories: Noticias Ambientales
      Date: oct 29, 2017
     Title: España: El 43% de los ríos suspende en calidad del agua

La sequía que sufre nuestro territorio ha hecho del agua uno de los temas de mayor discusión, si bien el debate se ha centrado en la cantidad y no tanto en la calidad. En Coria del Río (Sevilla) hace semanas que los vecinos sufren malos olores y afecciones a su salud por un probable vertido tóxico al río, aunque aún no está claro si se trata de un efluente o de un depósito de hidrocarburos enterrado que pudiera estar conectado a la red de saneamiento. Pero el hecho es que este caso ha devuelto a la actualidad la contaminación persistente y silenciosa a la que están sometidas muchas de las masas de agua en España.



Cuatro de cada diez ríos en el país no pasan el corte de calidad del agua, según el documento de síntesis de los planes hidrológicos de cuenca para el segundo ciclo de planificación (2015-2021). De un total de 4.390 masas de agua tipo río que hay en España, solo el 55% se considera que están en buen estado ecológico; un 43% suspenden en calidad (el término oficial es «peor que bueno»); y un 2% están sin monitorizar.

Fuente: abc.es

Rafael Seiz, técnico del programa agua y agricultura de WWF España, explica que de todas las masas de agua superficiales –el 85% son ríos, y el resto son lagos, masas de transición y costeras– un 44% están afectadas por contaminación puntual (vertidos controlados y autorizados, como un efluente de una depuradora, por ejemplo); y otro porcentaje similar está afectado por fuentes difusas de contaminación, por ejemplo, los retornos del riego o de la lluvia en los cultivos tratados con agroquímicos, que acaban en los ríos o acuíferos. «Muchos de estos agroquímicos tienen un origen sintético, que aumenta la presencia de nitratos y fosfatos, llevando a problemas de eutrofización de las aguas», insiste Seiz.

Esta evaluación no permite identificar problemas puntuales, pero sí «da la visión general: nuestro país no cumple con el objetivo de la Directiva Marco del Agua, que era que en 2015 todas las masas de agua estuvieran en buen estado», afirma Seiz. Desde el Ministerio de Agricultura apuntan que están poniendo «en marcha los pliegos de seguimiento del estado ecológico de los ríos de competencia estatal, con un presupuesto de 100 millones de euros, para contar con una radiografía de su estado ecológico, más allá de los datos de cantidad y calidad habitual».

Y es que el principal problema es la falta de una depuración adecuada. «En España aún nos falta un 15% de población atendida en depuración y además tenemos cierto déficit de cumplimiento en zonas sensibles –donde hay que hacer un esfuerzo en reducir el fósforo y el nitrógeno– y de utilización de tratamientos más avanzados», dice Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS).

Objetivo de inversión

La razón está en «la dificultad de disponer de inversión pública, con lo que vemos difícil cumplir» el objetivo de inversión recogido en la planificación hidrológica a 2021, que asciende a 11.800 millones de euros, de los cuales 5.600 son para depuración y el resto son actuaciones ambientales que influyen en la calidad del agua, como los tanques de tormenta o nuevos colectores. De esta inversión en depuración, Agricultura ha garantizado unos 1.100 millones de euros a través del Plan Crece. El resto corresponde a regiones, ayuntamientos y a entidades de gestión, lo que antes o después puede llevar al alza en la factura doméstica.

Lo cierto es que en todas las cuencas españolas hay problemas. Julia Martínez, miembro de Ecologistas en Acción de Murcia, cuenta que en la cuenca del Segura se ha avanzado mucho tras las movilizaciones ciudadanas de finales de los 90 y principios de los 2000 por la contaminación de este río. De aquellas denuncias queda la clasificación del lecho del río Guadalentín como suelo contaminado, aunque esperan un plan de regeneración.

Ese tramo del río está contaminado con metales pesados y otras sustancias peligrosas procedentes de la industria del curtido, antes próspera en la zona, por lo que cuando el río lleva agua, que no siempre, arrastra estas sustancias. Por su parte, en la Vega Baja del mismo río Segura se ha reducido mucho la contaminación orgánica procedente de los núcleos urbanos, pero ahora hay un problema de salinidad por nuevos regadíos en suelos salinos y la contaminación difusa por fertilizantes, explica Martínez.

También las prácticas agronómicas están detrás de la contaminación del Guadiana en Extremadura, aguas abajo de Medellín, dice Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace. «El agua tiene muchos nitratos, y esa agua tan eutrofizada es el caldo de cultivo ideal para especies invasoras como el camalote, el jacinto de agua que está colonizando el río».

En el Guadalquivir la mayor parte de los puntos negros se concentran en la margen izquierda, por ser donde hay más poblaciones y una actividad agrícola más intensa, explica Antonio Amarillo, coordinador de Agua de Ecologistas en Acción en Andalucía. «En el río Guadaíra–dice– se siguen produciendo vertidos cuando llueve, en este caso de sosa cáustica, utilizada por las empresas aceituneras en el proceso de molturación de la oliva».

Origen industrial

En el norte de España hay más problemas de origen industrial, como los vertidos del pesticida lindano en la ría del Nervión (Baracaldo y Erandio, Vizcaya) o en el Gállego (Sabiñánigo, Huesca). Aunque estos vertidos cesaron hace décadas, su depósito en las márgenes del río o en vertederos mal revestidos hace que cuando llueve esta sustancia y otras se filtren al agua, denuncia Santiago Martín Barajas, responsable de Agua de Ecologistas en Acción.

En el Llobregat hay un problema muy grave de salinización por el impacto de las minas de sal de Cardona, en un río que abastece al área metropolitana de Barcelona, explica Quim Pérez, portavoz de Ecologistas en Acción en Cataluña. En el Ebro, el caso más paradigmático es la contaminación en el embalse de Flix (Tarragona), con el 15 al 20% de las 300.000 toneladas de lodos tóxicos y desechos altamente contaminantes vertidos durante décadas por la actividad industrial.

La primera hora de lluvia en Madrid, más contaminante que el agua residual

El desafío en depuración pasa por tratar los contaminantes emergentes (cocaína, ibuprofeno y otros medicamentos, detergentes, cosméticos…), de los cuales se desconoce su impacto en la salud, y por una buena gestión de las aguas pluviales, por ejemplo, con la construcción de tanques de tormenta, dice a ABC Gonzalo Delacámara, director académico del Foro de la Economía del Agua. Y es que «en ciudades muy contaminadas como Madrid o Barcelona, la primera hora de lluvia genera un flujo de agua más contaminante que nuestras aguas residuales porque arrastra los contaminantes atmosféricos y la depuradora no está preparada para tratarlos», cuenta Delacámara.

Leer noticia en fuente original: http://www.abc.es/sociedad/abci-contaminacion-silenciosa-cuatro-cada-diez-rios-espana-suspenden-calidad-aguas-201710282023_noticia.html