Fructuoso Pontigo, portavoz del colectivo, destacó que estos informes se obtienen «de acuerdo con los datos que facilita el Gobierno de Asturias en su web de la estación escondida de Lugones». Según el representante de la entidad de protección del medio ambiente, no se emplean las mediciones de las estaciones privadas «de forma intencionada», pues los registros en continuo de dichos puntos de muestreo monitorizado «son peores datos que los de las públicas».
De acuerdo con las estimaciones de la Coordinadora Ecologista de Asturias, «a día de hoy los picos de contaminación de Pm10 no están regulados, a pesar de los anuncios del Principado». El portavoz de la entidad recordó al Ejecutivo autonómico que «tiene monitorizadas las principales fuentes de contaminación y el Ayuntamiento de Siero ha realizado un estudio durante varios meses sobre el origen de la contaminación en la localidad». Desde su punto de vista, en Lugones «tuvo durante muchos años otra estación de control, que presentaba peores datos que la escondida del patio del instituto, y se retiró de forma intencionada para rebajar los datos de contaminación».
Desde la coordinadora se considera que los picos de polución atmosférica «disparan los ingresos hospitalarios en Asturias por enfermedades respiratorias, de acuerdo con un estudio epidemiológico realizado por la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias y presentado el año 2016». Su portavoz recalcó que «la evidencia científica no sugiere ningún umbral por debajo del cual no se prevean efectos adversos en salud tras la exposición a las partículas».
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