Categories: Noticias Ambientales
      Date: ago 29, 2017
     Title: España incrementará un 6% su consumo de electricidad por el cambio climático

El calor nos afecta y afecta también a la economía. Debido al paulatino incremento de temperaturas debido al cambio climático, los científicos auguran más calor durante periodos más prolongados del año.



"En la actualidad hay abundantes pruebas que evidencian que cuando hace calor empeora la calidad del aire, la gente está más estresada y se muestra más agresiva, violenta y menos productiva. Las tasas de mortalidad y de criminalidad aumentan. Todos los sectores de la economía se ven afectados por el estrés térmico: el residencial, el comercial, el agrícola y el industrial", señala Max Auffhammer, investigador de la Universidad de California Berkeley y coautor de un estudio que ha calculado el impacto que el cambio climático tendrá en el consumo energético en 35 países europeos.

Y es que, como añade el científico, "el principal mecanismo de adaptación del que disponen los humanos para combatir las altas temperaturas es refrigerar el interior de los edificios, lo que en la mayoría de las ocasiones requiere consumir cantidades significativas de electricidad".

Según esta investigación realizada por investigadores estadounidenses y alemanes y publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el aumento de temperaturas debido a las emisiones de gases de efecto invernadero va a cambiar los patrones de consumo de electricidad en Europa. Los picos diarios en el sur de Europa probablemente aumentarán, y la mayoría de países experimentarán cambios en sus picos de demanda de electricidad desde el invierno hasta el verano a finales de siglo, lo que, según destacan los autores, supondrá un reto adicional para las redes eléctricas.

Los científicos vieron cómo la respuesta a los cambios en las temperaturas era similar a lo largo de toda Europa. La cantidad de electricidad usada es más pequeña en los días en los que la temperatura máxima es de unos 22ºC y aumenta cuando ese máximo se incrementa o baja. "Usamos esa característica común como base para estimar el futuro consumo eléctrico considerando los efectos del cambio climático", señala Leonie Wenz, autora principal de este trabajo y científica del Instituto para la Investigación del Impacto Climático de Potsdam, en Alemania.

España, el futuro de los países del norte

Los países europeos que, como España, ya están experimentando altas temperaturas sirven como ejemplo para dibujar el futuro de los países que aún hoy son fríos, dice Leonie Wenz. "España se encuentra entre los países que más incrementará tanto su pico diario como su consumo global de electricidad a finales de siglo. La estimación es de entre un 5 y un 6% si continúan aumentando sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero", detalla a EL MUNDO Wenz.

No obstante, la investigadora señala que los efectos serán menores a medio plazo y también si se ponen en marcha medidas ambiciosas para mitigar esas emisiones contaminantes.

Y si las temperaturas suben, ¿no compensará el menor consumo de calefacciones eléctricas el aumento del uso del aire acondicionado? "Los datos obtenidos con nuestras observaciones sólo nos muestran si la demanda de electricidad era alta o baja en un día en concreto, pero no nos dicen qué uso se hizo de esa electricidad. En los días fríos, esa electricidad ha podido ser consumida para la calefacción (especialmente en los países europeos en los que la electricidad es una fuente energética importante para calentarse) pero también podría haberse usado por ejemplo, para iluminación o dispositivos de entretenimiento", apunta Leonie Wenz a través de un correo electrónico.

"Hace unas pocas décadas, ningún coche ordinario en Europa tenía aire acondicionado, y hoy cuentan con él la mayoría de ellos. Lo mismo ocurrirá probablemente con los edificios de Europa, pero no por comodidad sino porque será necesario. La gente necesitará refrigerar su entorno para poder llevar a cabo sus actividades diarias y ser productivos", apunta por su parte Anders Levermann, investigador de la Universidad de Columbia, en EEUU, y coautor del estudio.

Europa, añade, tendrá que adaptar sus infraestructuras eléctricas de almacenamiento de energía para poder hacer frente a los cambios en la demanda eléctrica y almacenar energía.

No obstante, los científicos que lideran este estudio subrayan que "la forma más sencilla de limitar los impactos del cambio climático es cumplir con el Acuerdo de París con el objetivo de limitar a dos grados centígrados el aumento de la temperatura media global a finales de siglo.

Impacto en la salud

"Vamos hacia un clima extremo. Madrid se parecerá a Las Vegas y Sevilla a algunas zonas de Marruecos", señala Julio Díaz Jiménez, jefe de Área del Departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, citando proyecciones la organización Climate Central. "El calor agrava patologías de base, pero muy pocas veces provoca la muerte directa. Por ejemplo, personas, sobre todo ancianos, que tengan un problema cardiovascular o una enfermedad respiratoria pueden morir porque se agrava su situación". Como ejemplo pone el año 2003: "Debido a la ola de calor hubo un exceso de mortalidad de 6.600 personas, pero por el golpe de calor murieron 140 personas", precisa Díaz, en cuyo centro llevan a cabo investigaciones sobre el impacto del clima en la salud.

"Hay numerosos estudios, tanto en España como en otros países que concluyen que durante las olas de calor aumenta la mortalidad", coincide Xavier Basagaña, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un centro impulsado por la Fundación La Caixa. "En Cataluña hemos cuantificado que los días de ola de calor puede aumentar la mortalidad diaria hasta un 20%", señala.

"En España, durante la última década ya estamos notando que tenemos años más calurosos. El escenario más extremo para España que prevé el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indica que la temperatura media anual aumentará cuatro grados. Pero si miramos sólo al verano, puede llegar a seis grados. Obviamente tiene mucho sentido que esto vaya acompañado de un aumento del consumo de electricidad, sobre todo por sistemas de refrigeración", añade el investigador de ISGlobal .

Planes de prevención

Los estudios realizados por el equipo de Julio Díaz, por su parte, muestran que "los planes de prevención puestos en marcha en los últimos años en España están funcionando". "La gente tiene interiorizado que el calor puede matar y no se expone tanto. Nosotros hemos comparado lo que ocurrió entre 1987 y 2000, y entre 2000 y 2010, cuando se habían puesto en marcha esos planes, y hemos visto que el impacto del calor se ha reducido en Madrid y se ha reducido la mortalidad en todos los grupos menos en el de 18 a 45 años, quizás porque la gente tiene que exponerse al calor por su trabajo o porque sigue haciendo deporte a las horas de más calor", relata.

Por ello, Díaz considera imprescindible interpretar con cautela los estudios que hacen predicciones sobre los efectos del cambio climático debido a sus limitaciones: "Estas proyecciones no prevén los procesos de adaptación, lo que los americanos llaman la cultura del calor", afirma.

"Hay diversos estudios que muestran que en las áreas con aire acondicionado el aumento de la mortalidad es menor pero también tiene un efecto perverso: aumenta la necesidad de energía y acaban aumentando las emisiones que son las que causan este problema", afirma Basagaña. Por ello, propone implantar otras medidas para mitigar el calor en las ciudades que permitan además proteger a los ciudadanos que no podrán hacer frente a altas facturas de electricidad. Entre ellas, "un mejor diseño urbano, usar materiales de construcción que no acumulen tanto el calor e intentar crear más zonas verdes".

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