Categories: Noticias Ambientales
      Date: jul 13, 2017
     Title: Europa: La AEMA señala la necesidad de reducir las emisiones de contaminación

El informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente analiza los resultados obtenidos de la aplicación de Directiva de Techos Nacioales de Emisión (Directiva NEC) en cada uno de los Estados miembros de 2010 al 2015, después que éstos proporcionaran los datos en febrero del presente año.



La actual Directiva NEC asegura que los techos de emisión que se determinaron en 2010 se sigan aplicando hasta 2019, para después pasar a nuevos compromisos de reducción del 2020 al 2030 con una nueva Directiva NEC.

Los contaminantes analizados y sus efectos sobre la salud son los siguientes según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

NOx: óxidos de nitrógeno. Es una sustancia que provoca corrosión en la piel y al aparato respiratorio, provocando enrojecimiento y quemaduras cutáneas graves. La inhalación en elevadas concentraciones y durante un corto periodo de tiempo, puede originar un edema pulmonar cuyos efectos no se observan hasta pasadas unas horas, agravándose con el esfuerzo físico. Una exposición prolongada puede afectar al sistema inmune y al pulmón, dando lugar a una menor resistencia frente a infecciones y causar cambios irreversibles en el tejido pulmonar.

NMVOC: Compuestos orgánicos volátiles no metánicos, entre los que se incluyen el benceno, el cloruro de vinilo y el 1,2 dicloroetano, que son cancerígenos y producen efectos psicológicos adversos.

NH3: amoníaco. La exposición a altas concentraciones de amoníaco en el aire, puede producir quemaduras graves en la piel, ojos, garganta y pulmones, y en casos extremos puede provocar ceguera, daño en el pulmón (edema pulmonar) e incluso la muerte. A bajas concentraciones puede causar tos e irritación de nariz y garganta. Su ingesta provoca quemaduras graves en la boca, la garganta y el estómago, y en estado líquido al evaporarse rápidamente, puede provocar congelación al contacto con la piel.

SO2: El dióxido de azufre es un gas irritante y tóxico. Afecta sobre todo las mucosidades y los pulmones provocando ataques de tos, si bien éste es absorbido por el sistema nasal. La exposición de altas concentraciones durante cortos períodos de tiempo puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis, reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria y congestionar los conductos bronquiales de los asmáticos.

PM 2,5: Las partículas finas o PM2,5, por el contrario, suelen estar compuestas principalmente por partículas secundarias formadas en la atmósfera a partir de un precursor gaseoso (NOx, SO2, COV, NH3, etc.) mediante procesos químicos o por reacciones en fase líquida. Las partículas finas (menores de 2,5 µm, PM2,5) se depositan en los alvéolos, la parte más profunda del sistema respiratorio, quedando atrapadas y pudiendo generar efectos más severos sobre la salud. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud): “Existe una estrecha relación cuantitativa entre la exposición a altas concentraciones de pequeñas partículas (PM10 y PM2,5) y el aumento de la mortalidad o morbilidad diaria y a largo plazo.”

Además, recientes estudios científicos del ISGlobal demuestran que la exposición continuada a partículas finas de los niños en las ciudades llegan a alterar su desarrollo cognitivo. Pueden acceder a estas investigaciones en el siguiente enlace.

Las principales conclusiones del análisis de la AEMA son las siguientes:

• En términos globales de la UE, en 2015, las emisiones totales de la UE de cuatro importantes contaminantes atmosféricos, el NOx, los COVNM, el dióxido de azufre (SO) y el amoníaco (NH3), estaban por debajo de sus respectivos límites máximos de 2010. Sin embargo, el nivel de amoníaco ha aumentado entre 2014 y 2015, debido a mayores emisiones provenientes del sector agrícola.

• A pesar de la mejora global del 2010 al 2015, 11 Estados miembros excedieron los límites de emisiones establecidos por la Directiva NEC en uno o más contaminantes.

De todos modos, el propio informe destaca que algunos países se han acogido al artículo 5 de la Directiva sobre “Mecanismos de flexibilidad”, mediante el cual:

“Los Estados miembros podrán establecer, con arreglo al anexo IV, parte 4, inventarios nacionales de emisiones anuales ajustados de dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, compuestos inorgánicos volátiles no metánicos, amoníaco y partículas finas cuando el incumplimiento de sus compromisos nacionales de reducción de emisiones se haya debido a la aplicación de métodos mejorados de inventario de emisiones actualizados según conocimientos científicos”

Los supuestos bajo los que se considera esta flexibilidad son variados, a título de ejemplo: desde la afectación de las temperaturas en momentos extremos que dificultan poder hacer efectiva la reducción de las contaminación atmosférica, a sistemas de compensación cuando se reduzcan determinados contaminantes pero no otros; cuando la reducción de emisiones implique “costes desproporcionados” o comprometiera la seguridad energética nacional o implicara un riesgo de pobreza energética para una parte significativa de la población.

Los países que se acogieron en 2017 a dichos mecanismos de flexibilidad fueron: España, Luxemburgo, Irlanda, Alemania, Francia, Finlandia, Dinamarca, Bélgica y Austria. En caso de que la Comisión apruebe estos ajustes, se pasaría de 11 países que exceden sus techos de emisión a 5. A pesar de ello, Alemania y España seguirían excediéndose en amoníaco.

• Del 2010 al 2015 se excedieron en sus límites de emisión los siguientes países:

- Dióxido de nitrógeno: Alemania, Austria, Francia, Bélgica, Irlanda y Luxemburgo.

- Compuestos orgánicos volátiles no metánicos: Alemania, Dinamarca e Irlanda.

- Amoniaco: Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, España y Suecia.

- Dióxido de azufre: Todos los países han cumplido con el techo de emisiones si bien los países que más emitieron de este contaminante fueron Alemania, España y Polonia.

• Las emisiones de óxidos de nitrógeno provenientes del tráfico rodado representan un 39% de total de las emisiones en Europa. Las reducciones de este contaminante que se habían anticipado hace dos décadas han sido mucho más bajas de los esperado. Esto es debido a que el transporte ha crecido más de lo esperado y porque gran parte de este crecimiento se ha dado con vehículos diésel que producen más óxido de nitrógeno que los vehículos que funcionan con gasolina.

• En 2015, las emisiones agregadas de compuestos orgánicos volátiles no metánicos y dióxido de azufre estaban por debajo de los objetivos que la UE se ha marcado para 2020 en sus compromisos de reducción de emisiones. El amoníaco y las partículas finas están cerca de conseguirse. Sin embargo, el dióxido de nitrógeno requiere aún de una reducción significativa del 9% para poder alcanzar la reducción de emisiones que la UE se ha planteado.

• Las proyecciones de emisiones que se deducen de los informes de los distintos países no son optimistas para el 2020, ya que muestran que 18 de los Estados miembros no consideran estar en el buen camino para poder alcanzar los compromisos para el 2020, habida cuenta de las políticas y medidas con las que cuentan actualmente. Asimismo, 22 países no creen poder alcanzar sus compromisos para el 2030. La Directiva NEC establece que en abril de 2019, los Estados miembros deberán presentar su “Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica”, en el que se deberán incluir medidas adicionales a implementar para reducir sus emisiones.

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