Los planes de la compañía es que el nuevo sistema esté operativo en 2018 y contribuirá a alargar el ciclo vital de la planta.
La Central Térmica Litoral de Carboneras es una de las instalaciones de Endesa- controlada ahora en la mayoría del capital social por la italiana Enel- que tiene su vida asegurada, tras el anuncio de cierre de otras plantas carboneras como Alcudia (Mallorca), Compostilla (León), Andorra (Teruel) y Puente Nuevo (Córdoba) tienen los días contados. La Térmica almeriense consume carbón importado a través de su puerto Pucarsa y cuenta con dos grupos térmicos que suman más de 1.000 megawatios.
Tras una inversión de 250 millones de euros, Endesa casi ha concluido ya las obras para adaptarse a la normativa europea en reducción de emisiones contaminantes.
La central, además de ser más limpia ahora, se va a adaptar también a las oscilaciones de la demanda con esta nueva tecnología que en breve se incorporará consistente en un gran sistema de almacenamiento de energía con baterías de litio que se incorporarán a la red auxiliar de la central.
Las energías renovables han provocado una mayor intermitencia de la demanda en el sistema eléctrico español. Con toda esta serie de incorporaciones tecnológicas y las obras recientes, la Central de Carboneras tiene garantizada su operatividad al menos hasta 2035.
Endesa empezó a operar en Carboneras como empresa pública en 1984 y en 1995 se inauguró el Grupo II. Un tercer Grupo, así como una central de ciclo combinado, quedaron en proyecto hace ya algunos años. La Térmica es para Carboneras una de los principales caladeros de empleo directo e indirecto, junto a la fábrica cementera de Lafarge Holcim, la pesca de palangre y el turismo. A Carboneras le salva también su escasa dependencia del carbón nacional.
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