Categories: Noticias Ambientales
      Date: jun  1, 2017
     Title: China y UE buscarán salvar el Acuerdo de París sobre cambio climático tras la posible espantada de Trump

China y la Unión Europea buscarán el viernes salvar el pacto internacional contra el cambio climático que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece estar decidido a abandonar.



Al tiempo que China emerge como un improbable compañero de Europa en una serie de asuntos desde el libre negocio a la seguridad, el primer ministro Li Keqiang se reunirá con los representantes de la UE en una cumbre en Bruselas en el que también discutirán las pruebas de misiles de Corea del Norte.

En un comunicado respaldado por los 28 estados de la UE, la comunidad política y China se comprometerán a la total implementación del Acuerdo de París, dijeron responsables de la UE y China.

El comunicado conjunto, el primero que firman China y la UE, se comprometerán a recortar el consumo de combustibles fósiles, desarrollando más tecnologías verdes y colaborando a recaudar 100.000 millones de euros al año para 2020, con el objetivo de ayudar a los países más pobres a recortar sus emisiones.

"La UE y China consideran la acción por el clima y la transición a las energías limpias como un imperativo más importante que nunca", dirá el comunicado del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk; el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y el primer ministro chino Li.

"El creciente impacto del cambio climático requiere una respuesta decisiva".

China pidió que el encuentro anual, que normalmente tiene lugar a mediados de julio, fuese adelantado para ayudar la defensa del libre comercio del presidente Xi Jinping en el Foro Económico de Davos en enero, en respuesta a la postura proteccionista de Trump.

Rusia reitera su compromiso

Edificios de apartamentos erigidos en ciudades de la región ártica cuyos cimientos se hunden debido a que el 'permafrost', la capa de suelo permanentemente congelada, se derrite, provocando la aparición de enormes grietas. Fugas de gas metano del subsuelo a la atmósfera también debido a la desaparición de la superficie helada en las zonas situadas alrededor del Círculo Polar Ártico. Inviernos más suaves y cortos, así como mayor frecuencia de incendios forestales de complicado tratamiento debido a que las turberas,que han acumulado material orgánico durante siglos, arden con gran facilidad.

Los científicos consideran que los efectos del cambio climático son más ostensibles en las regiones nórdicas. Por ello, pese a que Rusia es uno de los países más contaminantes del mundo, el Kremlin ha reiterado este jueves su compromiso con los Acuerdos de París para reducir las emisiones de CO2, lamentando a su vez la inmediata retirada de EEUU del pacto climático.

"RUSIA LE CONCEDE UNA GRAN IMPORTANCIA"

"El presidente (Vladímir) Putin firmó esta convención en París, y Rusia le concede una gran importancia", ha indicado el portavoz presidencial, Dmitri Peskov. "Al mismo tiempo, es obvio que la efectividad de esta convención se reduce sin sus participantes claves", ha continuado el vocero del Kremlin.

Pese a la gravísima crisis económica que el país atravesó en los años 90, la Federación Rusa sigue siendo el responsable del 5,2% del CO2 liberado a la atmósfera, ocupando la cuarta posición de estados polucionantes del planeta, solo por detrás de EEUU, China y la India. En el periodo comprendido entre 1850 y 2007, se calcula que el país fue el origen del 8% de las emisiones contaminantes, ocupando la tercera plaza tras, una vez más, EEUU y China.

El país debe renovar y repensar parte no desdeñable de la producción de electricidad, uno de los principales retos a los que se enfrenta Moscú. Un 19% de esta fuente de energía se genera mediante la combustión de carbón, generando dióxido de carbono, en plantas especialmente acondicionadas para esta transformación.

"NO SON TAN TONTOS"

Pese al impacto del cambio climático en el territorio ruso, el propio Putin declaró en marzo, durante una entrevista con la cadena CNBC, que quienes ponían en duda el fenómeno "no eran tan tontos", intentando echar un capote al presidente Trump. Que las consideraciones políticas estaban en mente del líder del Kremlin cuando pronunció estas palabras quedó meridianamente claro cuando afirmó, acto seguido: "Yo no dramatizaría las cosas y no utilizaría estos factores globales en la lucha política interna en EEUU".

Moscú, además, espera obtener beneficios de la remisión del casquete polar en las zonas árticas, incluyendo la explotación de yacimientos de hidrocarburos en el fondo marino: "El cambio climático mejora el potencial económico de esta región", indicó Putin entonces.

Los expertos temen un efecto contagio

El Acuerdo de París, que se cerró en la capital francesa el 12 de diciembre de 2015 y que ya han ratificado casi 150 potencias (entre ellas EE UU, el segundo país que más CO2 emite, por detrás de China), fue un ejercicio de multilateralismo. Todos los firmantes asumían una meta común: tratar de impedir que el aumento medio de la temperatura del planeta supere los entre 1,5 y 2 grados a final de siglo respecto a los niveles preindustriales. Aunque ya ha entrado en vigor, las medidas concretas del pacto se empezarán a aplicar a partir de 2020, cuando finaliza el periodo de vigencia del Protocolo de Kioto.

Además de asumir esa meta común, todos los firmantes del Acuerdo de París tienen que presentar planes de reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global según el consenso científico. Esos planes nacionales de recorte de emisiones son voluntarios, es decir, no se imponen desde la ONU o la convención sobre cambio climático, sino que cada país presenta su programa y el objetivo de recorte al que se compromete a llegar. Esta fórmula se incluyó, entre otras cosas, para permitir que Estados Unidos se sumara al acuerdo. Y que no ocurriera como con el Protocolo de Kioto, que George Bush abandonó y que fijaba obligaciones de reducción de emisiones a sus firmantes.

Teresa Ribera, directora del instituto francés para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales, IDDRI, califica de "vergüenza" la previsible salida de EE UU del Acuerdo de París. Critica que un país del "tamaño de EE UU" se aísle "de los procesos más relevantes de la gobernanza global como lo hace Corea del Norte en otros aspectos".

Efecto contagio

Uno de los mayores temores de los expertos es que la salida del Acuerdo de París pueda tener un efecto contagio, como ocurrió en su día con Kioto. "Estados Unidos es líder mundial en muchas áreas y una referencia para algunas naciones", apunta Alexandre Strapasson, investigador de la Universidad de Harvard y experto en políticas climáticas. "Por lo tanto, un potencial cambio en la política exterior de Estados Unidos sobre el cambio climático puede alentar a otros países a reconsiderar sus posiciones iniciales", añade.

David Robinson, consultor y miembro del Oxford Institute for Energy Studies, recuerda que la Unión Europea tuvo que intervenir "para liderar la lucha contra el cambio climático en 2001", cuando Bush retiró a Estados Unidos de Kioto. En aquel momento, añade Robinson, la salida de EE UU "dio a otros países la excusa para retirarse también". Este experto considera que en el caso del Acuerdo de París es "mucho más grave porque fue firmado por casi todos los países del mundo". Y la decisión de Donald Trump "podría alentar a otros países a debilitar sus compromisos" de reducción de emisiones, "si no a retirarse".

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