Categories: Noticias Ambientales
      Date: abr 27, 2017
     Title: El Ártico podría quedar libre de hielo antes de 2040, según AMAP

Una nueva evaluación científica del cambio climático en el Ártico, realizada por el Programa de Monitoreo y Evaluación del Ártico (AMAP) del Consejo Ártico, concluye que esta región del planeta está cambiando rápidamente y de forma inesperada hacia un nuevo estado. Si las tendencias actuales continúan, tendrán impactos cada vez más profundos en la salud y la seguridad humanas, industrias y economías y ecosistemas en todo el mundo, dice el documento.



Sin embargo, el informe deja lugar para la esperanza, al asegurar que la implementación del Acuerdo de París de 2015 puede limitar esos efectos. A pesar de que se logren reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, el Ártico seguirá experimentando cambios. Sin embargo, si esas reducciones son lo suficientemente ambiciosas como establece el acuerdo, se limitarán de manera importante los cambios en el Ártico a partir de la segunda mitad de siglo.

Casi un centenar de científicos han participado en la elaboración de este informe cuyo objetivo es guiar la acción política de los ocho países miembro del Consejo Ártico, es decir, Canadá, Dinamarca (más Groenlandia e Islas Faroe), Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y Estados Unidos.

Y es que, según se detalla en el informe, el calentamiento global se está dejando sentir de manera más crítica en el Ártico que en otras zonas del planeta. Las temperaturas récord registradas en los últimos años están provocando una aceleración del deshielo y del derretimiento de la nieve, de los glaciares y del permafrost, que es la capa de suelo congelado. Los científicos nos recuerdan además que el Ártico funciona como una especie de regulador climático, jugando un rol importante en el clima y la meteorología a nivel mundial así como en el aumento del nivel del mar.

El doble de aumento

Se espera que para mediados de este siglo, la temperatura media en el Ártico aumente en 4 o 5 grados centígrados, con respecto a la temperatura de finales del siglo pasado. Este incremento es el doble que el aumento de la temperatura previsto en el conjunto del hemisferio norte.

Actualmente, en los meses de verano, el hielo del océano Ártico se derrite solo parcialmente. Sin embargo, se prevé que el calentamiento deje el Ártico casi totalmente libre de hielo a finales de los años 2030. Las trece extensiones más bajas del hielo ártico en invierno han tenido lugar en los últimos 13 años, mientras que en el verano los nueve años con extensiones de hielo más reducidas al final han ocurrido en los últimos 10 años.

Esto afectará a las poblaciones de animales cuya supervivencia para la alimentación y reproducción depende de la capa helada. Es el caso de los osos polares y de algunas especies de focas y de morsas.

Acuerdo de París

Para limitar estos efectos, el informe sostiene que los seres humanos debemos reducir de manera substancial las emisiones de gases de efecto invernadero y hacerlo en mayor medida que lo previsto en los planes climáticos presentados por los países como contribución a la adopción del Acuerdo de París. En este sentido, el documento considera que si se cumplen los objetivos de limitación de la temperatura del acuerdo se estabilizará el aumento de la temperatura en el Ártico y se evitará que el nivel del mar experimente un aumento adicional de 20 centímetros.

El objetivo principal del Acuerdo de París es limitar el aumento de la temperatura media para que no supere los 2 grados centígrados y que ese aumento se quede lo más cerca posible de 1,5 grados en este siglo con respecto a las temperaturas de la era preindustrial.

No más de 1,5ºC

El pasado marzo, científicos de la Universidad de Exeter explicaban en un artículo de opinión en la revista «Nature Climate Change» que solo conteniendo el aumento global de la temperatura por debajo de 1,5ºC con respecto al nivel preindustrial, el Ártico tendrá posibilidades de no quedar libre de hielo marino al final del verano.

En el caso de lograr que la temperatura se quede como mucho en 1,5ºC por encima del nivel preindustrial (hay que tener en cuenta que ya estamos 1,2ºC por encima) la probabilidad de que el Ártico quedara libre de hielo sería de 1 entre 100.000, esto es, «excepcionalmente improbable» en el lenguaje del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).

Sin embargo, si el calentamiento se limita a 2ºC, la probabilidad de que el Ártico se deshiele es de un 39%, y si no se va más allá de los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero adquiridos por los países en el Acuerdo de París -que en este momento implican que la temperatura subirá en torno a 3ºC- habrá un 73% de probabilidad de que la «cima» del mundo quede libre de hielo a final del verano.

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