Los motivos que originaron la aprobación de estos planes fueron que, durante el periodo 2005-2010 se produjeron niveles superiores a los valores límite de partículas menores de diez micras en todas las zonas de Andalucía estudiadas... además de otros contaminantes como el dióxido de nitrógeno en el caso de Granada. A grandes rasgos la conclusión principal es que hay tres ciudades que tienen que reducir al menos un 50% las emisiones que están generando. Córdoba es la que más deberes tiene que hacer reduciendo solo sus emisiones de cadmio procedentes del parque joyero un 40%. Le sigue la Bahía de Algeciras, que debe bajar un 55% sus emisiones de partículas, benceno, dióxido de azufre y níquel.
Granada y su Área Metropolitana también tiene tareas que cumplir en el horizonte 2020-30. Hay que bajar las partículas PM10 un 20%, las PM5 un 5% y un 25% las NOx (los óxidos de nitrógeno). En total debemos bajar un 50% las emisiones.
En las grandes aglomeraciones urbanas, (principalmente Sevilla y Granada) el tráfico rodado se sitúa como la principal fuente de emisión de óxidos de nitrógeno y partículas. El sector doméstico, comercial e institucional así como el sector de cementos, cales y yesos cobra también importancia.
La Junta reconoce en su informe que las condiciones naturales de Granada y su Área Metropolitana unida a la acción del hombre ha dado lugar a un "espacio singular" que junto a su estratégica posición de cruce de caminos este-oeste y norte-sur y a su singularidad orográfica posibilitaron la formación del conjunto urbano "más importante de Andalucía Oriental".
Atendiendo al origen de la contaminación, se observa que los principales responsables de las emisiones de partículas en suspensión PM10 son el sector doméstico, comercial e institucional con un 43% del total, le sigue el tráfico rodado con el 29% y la industria de materiales no metálicos con un 13%. En cuanto a los óxidos de nitrógeno (NOx) las emisiones del tráfico rodado suponen el 47% mientras que la producción de energía eléctrica se responsabiliza del otro 36%. En cuanto a las emisiones de dióxido de azufre (SO2) la principal responsable es la industria entre las que destacan la producción de energía eléctrica con un 58%. El grupo 'resto de actividades' es el más importante de cara a las emisiones de COVNM (compuestos formados principalmente por hidrocarburos) destacando el uso de disolventes con más del 35% de las emisiones totales. Finalmente la agricultura y la ganadería se responsabilizan del 80% de las emisiones de NH3 (amoníaco). Las emisiones de CH4 (metano) se atribuyen en un 84% al tratamiento de residuos (principalmente en Alhendín), mientras que el sector industrial es el principal responsable de las emisiones de metales a excepción del plomo del que el tráfico rodado es el culpable del 96%. En cuanto al benceno y benzopireno las emisiones se concentran en Santa Fe y Alhendín porque en ellos se localizan varios centros de producción de materiales no metálicos y de fabricación de yesos.
Aunque es normal que la actividad del hombre genere todos estas emisiones, los técnicos de medio ambiente han medido cuántas veces se superan estos valores siguiendo las recomendaciones de la OMS. Midieron en el periodo 2007-2015. Dice el estudio que para las partículas el valor límite anual no se ha sobrepasado en ningún año de la serie estudiada, otra cosa es cuando miramos a las mediciones puntuales, especialmente en la estación Granada Norte, situada al lado de la estación de autobuses.
Al margen de las medidas propuestas por las instituciones, y teniendo en cuenta que el sector doméstico es el principal emisor de contaminantes, el borrador de la estrategia propone una importante labor de concienciación. "Un cambio de hábitos basado en la educación ambiental puede tener efectos de igual magnitud que una intensa regulación legal". Para pensar.
Una orografía y un clima que no ayudan
En sus conclusiones, el borrador del estudio reconoce que reducir las emisiones es una labor "extremadamente compleja" puesto que los niveles de calidad del aire no solo dependen de las emisiones sino también de la orografía y, sobre todo, de la meteorología, y Granada no es una ciudad especialmente lluviosa. El capítulo de medidas está formado por diez tipos de acciones distintas (tráfico, tráfico marítimo, aeropuertos, sector agrario, construcción y demolición, sector residencial, industrial, medidas de prevención, de sensibilización y de gestión). La mayor parte de las medidas van encaminadas al tráfico de vehículos (50) y le siguen las de sensibilización (14). En el primer grupo se incluyen medidas catalogadas por su precio y su efectividad 'personalizadas' para cada una de las ciudades. Entre las de tráfico para Granada se encuentran los incentivos para fomentar el transporte público, la mejora de la cobertura de líneas de bus urbano, la restricción del uso del vehículo privado, la creación de bolsas de aparcamiento encaminadas a la disminución del tráfico, el fomento del uso compartido del coche privado o la creación de un sistema de identificación de vehículos en función de su potencial contaminador.
En el sector agrario se proponen medidas de apoyo a técnicas alternativas a la quema al aire libre y la aplicación de la normativa de limitación de emisiones en maquinaria no de carretera. En el caso de la construcción y demolición se plantea la aprobación de una ordenanza municipal de gestión ambiental en obras y para el sector residencial se plantea la aplicación del código técnico de la edificación y el desarrollo de nueva normativa en nueva construcción y rehabilitación de edificios. Otra de las medidas es fomentar el plan renove de viviendas para que puedan incrementar su eficiencia en el uso de la energía. Aunque la industria no es en Granada un sector muy prolífico sí se contemplan medidas para la reducción de emisiones en las industrias que manejan estos sólidos pulverulentos. Y en el capítulo de la sensibilización se prevé desarrollar una estrategia de comunicación y concienciación sobre salud respiratoria, la inclusión de la calidad del aire en la formación académica, el fomento de la conducción eficiente o la incorporación de aspectos relacionados con la calidad del aire en los exámenes a los conductores.
El Ayuntamiento ya expuso su voluntad de trabajar en la calidad del aire de Granada, sobre todo teniendo en cuenta que hasta el Defensor del Pueblo le dio un toque de atención a la ciudad a finales de diciembre. De ahí que este documento sea una referencia fundamental.
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