Categories: Noticias Ambientales
      Date: feb 10, 2017
     Title: Colombia: La contaminación cubre Bogotá

Llama la atención que mientras los bogotanos han disfrutado en los últimos días de mañanas y tardes soleadas, en la mañana del jueves, desde Monserrate, se veía una impresionante nube de contaminación sobre la ciudad.



EL TIEMPO consultó a Edison Ortiz, miembro del grupo de investigación de calidad del aire de Bogotá de la Universidad Nacional, sobre la relación de las altas temperaturas con la aparición de este tipo de fenómenos.

Históricamente los meses de enero y febrero tienen choques térmicos mayores por lo que propicia que se vea con mayor frecuencia el fenómeno de esmog con un color más oscuro que en otros meses. A eso se suma que, según la Red de Monitoreo Ambiental de Bogotá, en enero y febrero también se encuentra un mayor nivel de contaminación y, por ende, más partículas en el ambiente.

Fuente: eltiempo.com

Ortiz agrega que por la temporada es posible que “lleguen partículas de incendios de otros lugares del país empeorando el panorama”.

Con respecto a la temperatura récord registrada este miércoles, Ortiz dice que su principal efecto sobre el fenómeno es que este dure más porque “tarda más tiempo en romperse la inversión térmica”. Otro de los factores que contribuye a que sea más visible es que la velocidad del viento promedio en horas de la mañana, y en los primeros meses del año, sea menor por lo que la recirculación de las partículas se ralentiza.

Ortiz asegura que el fenómeno que se evidenció en el video sí corresponde a una nube de esmog que cubre a Bogotá cada día. “La nube es una mezcla de diferentes contaminantes como material particulado, inferior a 10 micras y polvo”, explica Ortiz. El experto agrega que la capa es visible diariamente, entre las nueve y las diez de la mañana, por un fenómeno conocido como inversión térmica.

La inversión se provoca por la diferencia de temperatura en el día y la noche. “el choque entre el frio y el calor hace que los contaminantes queden ‘suspendidos’ en un espacio específico conocido como ‘capa térmica’.”, indica Ortiz.

“Para entender el fenómeno imaginemos una jeringa, la ciudad es la base y la capa de nubes es el émbolo. A las seis de la mañana la actividad industrial y la movilidad se activa liberando partículas al ambiente, a esa hora la capa de nubes está a la altura de los cerros por lo que los contaminantes no tienen mucho espacio donde moverse. Con el pasar del día la capa de las nubes, o el émbolo, suben y hay más espacio. Cerca de medio día la capa está a unos 2000 metros y se hace imperceptible, pero la contaminación continua ahí”, explica el experto.

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