Categories: Noticias Ambientales
      Date: feb  8, 2017
     Title: España: El CSN da un visto bueno condicionado a la reapertura de la central nuclear de Garoña

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha dado luz verde a la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos). Eso sí, siempre y cuando el operador de la planta cumpla con las inversiones en seguridad que se le exigen. La central inició su actividad en 1970 y se ha mantenido parada desde diciembre de 2012 por motivos económicos.



La decisión definitiva de la apertura corresponderá al Gobierno, quien tiene la última palabra. El Ejecutivo dijo que para decidir se basará en el informe aprobado este miércoles por 4 votos contra 1 en el pleno del CSN –formado por 3 miembros nombrados por el PP y 2 por el PSOE, uno de los cuales ha emitido el voto negativo-.

La central podría extender su actividad hasta 2031 y llegar a los 60 años de vida

La propietaria de Garoña, Nuclenor –integrada por Iberdrola y Endesa-, había solicitado en 2014 la extensión la vida útil de la central hasta 2031, cuando llegaría a los 60 años desde su puesta en marcha, a lo que el CSN respondió pidiendo una serie de requisitos de seguridad. La sociedad se encuentra a la espera de conocer “las condiciones” del dictamen antes de tomar una decisión sobre “el escenario definitivo”.

Desde la Asociación Profesional de Técnicos de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica, un organismo independiente formado por funcionarios del CSN se advirtió en la semana en un informe de que las mejoras de seguridad que se pedían hasta ahora no se han llevado a cabo.

La decisión avala que una planta opere más allá de los 40 años y que no tenga que recibir el visto bueno cada diez

Con la decisión de hoy, el CSN recula en sus peticiones: en un principio para avalar la reapertura exigía unas mejoras indispensables para dar su aprobación, pero ahora avala la apertura y pide que esas mejoras se hagan a posteriori.

Además, la decisión adoptada sienta un precedente, ya que no sólo se avala que una planta nuclear opere más allá de los 40 años, sino que desliga la revisión integral de seguridad de la central, que se realiza cada diez años, del aval para operar. Esto implica que a partir de ahora el visto bueno del máximo órgano de seguridad nuclear para que una central opere sólo será revocable por cuestiones de seguridad.

Funcionarios del CSN no recomendaban la apertura

La idea de una reapertura ha unido a la oposición. El grupo socialista se ha mostrado contrario a la reapertura y desde los verdes se advirtió de que la decisión podría sentar precedente. En las filas de Podemos también se han mostrado críticos, pidiendo no abrir “un Fukushima” en Burgos.

Asimismo, el gobierno de Euskadi, afectado por la proximidad de la central a tierras vascas, se ha mostrado contrario a la reapertura, advirtiendo de que estudiarían con detenimiento cualquier resolución que suponga una apertura.

Rechazo en Euskadi

La decisión del CSN ha provocado el rechazo absoluto de las instituciones vascas, partidos políticos y agentes sociales.

El Gobierno Vasco "lamenta y rechaza" la decisión adoptada por el CSN de avalar una reapertura condicionada de la central de Garoña, ubicada en Burgos pero en el límite con Euskadi.

El Ejecutivo vasco, a través del Departamento de Medio Ambiente, ha lamentado esta decisión porque "la central ha cumplido con creces su vida útil y además cuenta con una tecnología obsoleta, similar" a la accidentada central japonesa de Fukushima.

La Diputación Foral de Álava anuncia que "seguirá trabajando para evitar la barbaridad que supondría la reapertura de Garoña".

El alcalde de Vitoria-Gasteiz, Gorka Urtaran, ha denunciado que el informe del Consejo de Seguridad Nuclear "desprecia la voluntad de la ciudadanía y pone su salud en riesgo".

En un comunicado, Urtaran ha exigido al Gobierno español el "desmantelamiento inmediato y definitivo de la central" al tratarse de una "instalación vieja, peligrosa e innecesaria, cuyo cierre ha reclamado una y otra vez la sociedad vitoriana, la alavesa y la vasca".

El parlamentario de EH Bildu, Mikel Otero, ha emplazado a las instituciones, los partidos y la sociedad vasca a hacer una "presión conjunta" para evitar la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña, que ha calificado de "un verdadero disparate, un escándalo y una provocación a nivel social, político y jurídico".

"Nuestra seguridad está en peligro", ha advertido Otero.

El parlamentario de Elkarrekin Podemos, Juan Ramón Becerra, ha pedido a PNV, PSE-EE y PP que muevan "todos sus hilos políticos" en los consejos de administración de Endesa e Iberdrola, propietarias de la central nuclear de Garoña, para impedir su reapertura.

Ha dicho que no le ha sorprendido la orientación del dictamen porque "era algo esperado" y ha recordado que la "decisión política" final le corresponde al Gobierno español.

El portavoz parlamentario del PSE-EE, José Antonio Pastor, ha rechazado el dictamen favorable a la apertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) por "incomprensible" y ha confiado en que impere el "sentido común" y el Gobierno central no permita la reapertura.

La secretaria general del PP del País Vasco, Nerea Llanos, ha considerado que el Gobierno español tendrá en cuenta la "realidad" y la "máxima seguridad" al decidir si autoriza volver a la actividad a la central nuclear de Garoña.

Llanos ha reiterado que la postura del PP vasco es contraria a la reapertura de esta central nuclear y que esa posición la conoce el Gobierno de España.

Ecologistas en Acción

Por otro lado, el portavoz de la campaña nuclear de Ecologistas en Acción, Francisco Castejón, ha manifestado que la decisión es "esperada pero muy grave", ya que da la posibilidad de funcionar a una central que está "en muy malas condiciones" y que supone "un riesgo inaceptable".

Respecto al proceso de renovación de Santa María de Garoña en su conjunto, ha lamentado que para facilitar alargar la vida útil de la central más longeva de España se llegó a modificar en enero de 2014 el Reglamento de Instalaciones Nucleares y considera que el proceso ha provocado un "daño enorme" al CSN.

"Ha sido devastador para su imagen, su transparencia e independencia. La institución sale tocada", ha sentenciado Castejón que pide una "reforma en profundidad" del Consejo y, en particular de la elección de los miembros de su pleno, que en la actualidad "no son independientes y están afiliados a partidos políticos".

Además, ha recordado que la central se encuentra en la cabecera del río Ebro por lo que en su opinión un vertido o contaminación del río tendría en consecuencias económicas, sociales y ambientales "desastrosas".

Asimismo, el representante de Ecologistas en Acción advierte de que el expediente de Garoña "sienta un precedente" ya que abre las puertas a alargar la vida útil del parque nuclear español sin debate público sobre el sistema energético, sobre la seguridad, las implicaciones del funcionamiento más allá de los 40 años ni sobre los protocolos del CSN para una decisión de estas características.

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