Categories: Noticias Ambientales
      Date: ene  7, 2017
     Title: Asturias: Los expertos vinculan con la contaminación la densa niebla que cubrió el centro de la región

El centro de Asturias amaneció ayer viernes cubierto por un denso manto de niebla, que los expertos relacionan con la contaminación por partículas. La bruma afectó hasta las dos de la tarde a los concejos de Oviedo, Llanera y Siero después de una semana en alerta roja por polución. Lugones encadenó tres días en alarma por concentración de partículas de tamaño inferior a diez micras (PM 10) y a 2,5 micras (PM 2,5).



Ayer, los operarios de la consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente volvieron a regar las carreteras del casco urbano y de los alrededores de la localidad para apelmazar el polvo y evitar que se disperse. Una medida necesaria, según los especialistas, pero insuficiente.

El geólogo e investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Xavier Querol, vincula la formación de niebla con la contaminación. "No sólo la genera, sino que además acelera la formación de partículas de tamaño inferior a 2,5 micras", asegura. Esto ocurre porque "cuando los gases que están en la atmósfera se multiplican por cinco dan lugar a nieblas densas". A su vez, "el dióxido de nitrógeno del ambiente reacciona con el agua formando partículas".

El geógrafo de la Universidad de Barcelona Luis M. Albentosa ahonda en este fenómeno, que denomina "cúpula de polvo" al levantarse una capa de niebla en forma de bóveda sobre el área urbana y que en zonas bajas adquiere carácter de "smog". "Uno de los elementos del clima que con mayor frecuencia se ha puesto en relación con la contaminación es la niebla; en varios trabajos se ha demostrado que en zonas contaminadas ha aumentado la frecuencia de brumas, siendo además más persistentes que las formadas sobre áreas limpias", comenta en un estudio.

Más prudente en sus declaraciones es el delegado en Asturias de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Manuel Mora, que no obstante dice que podría haber una relación entre la bruma de ayer y la contaminación de días anteriores. "Para la formación de la niebla es necesario la presencia de vapor de agua y de núcleos higroscópicos sobre los que condensa el vapor dando lugar a las gotitas de la niebla. Esos núcleos higroscópicos están siempre presentes en la atmósfera y pueden ser naturales o bien proceder de la contaminación", reflexiona.

Con respecto al caso concreto de ayer considera necesario "hacer un estudio microfísico sobre la constitución de las gotitas de nube que forman la niebla para poder determinar si realmente la presencia de contaminantes ejerce una papel determinante". Mora explica que el efecto de inversión térmica -el aire de la superficie es más frío que el de capas superiores- es importante en zonas con contaminantes, ya que verticalmente no se produce una mezcla que disminuya su concentración. Además, en situaciones anticiclónicas los vientos son muy flojos, por lo que "tampoco hay mezcla en el plano horizontal, es decir, el aire se queda completamente estancado".

Ayer en zonas costeras el viento se levantó, consiguiendo limpiar las partículas concentradas en algunas localidades de la región, como destacó el portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo. "El jueves estuvieron 23 estaciones fuera de rango y hoy (por ayer) la mayoría bajaron sus niveles sustancialmente", señala. La excepción la volvió a dar Trubia, que continúa en alerta roja por benceno. Mientras que los ecologistas tachan de "ridícula" la medida de regar carreteras, los expertos sostienen que es necesaria. Eso sí, puntualizan que para sea realmente eficaz hace falta tomar "medidas estructurales". Es decir, "controlar que los camiones lleven la carga tapada, hacer un control más estricto a la industria de las emisiones, poner vallas como cortavientos... Y eso durante todo el año", dice Xavier Querol. El investigador no descarta restringir el tráfico como hizo Madrid.

Según Querol, las partículas inferiores a 2,5 micras son más peligrosas que las de diez. La razón está en que las micropartículas "entran directas a los alvéolos pulmonares, mientras que las mayores se quedan en el tracto respiratorio". Pese a ello, el Principado sólo actúa cuando se dispara las PM 10, ya que tienen un valor límite diario mientras que las PM 2,5 sólo anual. "Asturias tendría que poner un valor propio para poder tomar medidas en estos otros casos", concluye.

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