Categories: Noticias Ambientales
      Date: nov 25, 2016
     Title: Barcelona: Los ingresos hospitalarios aumentan durante los episodios de contaminación

Si la presencia de micropartículas en el aire de Barcelona se redujera hasta los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ciudad se ahorraría al menos 600 muertes prematuras cada año, además de infinidad de días de trabajo perdidos por cuestiones sanitarias, según muestra una estimación realizada este año por investigadores del Instituto de Salud Global (ISGlobal). Y la cantidad sería muy superior si se incluyeran otros contaminantes como los óxidos de nitrógeno (NOx) o el ozono troposférico, así como los efectos causados por el ruido.



“Las medidas contra el tráfico -explica David Rojas, epidemiólogo del ISGlobal y especialista en contaminación atmosférica- no han de ser vistas como un problema, sino como una solución que va a reducir muchas enfermedades y fallecimientos”, afirma. En su opinión, el verdadero problema es precisamente otro: las actuaciones previstas no son suficientemente contundentes ni inmediatas.

Los cálculos desarrollados por la agencia municipal Barcelona Regional permiten hacerse una idea de las mejoras que experimentará la calidad del aire en la ciudad en caso de restringir una cantidad concreta de coches, todo ello combinado con variables meteorológicas, explica Xavier Querol, especialista del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental (IDAEA) de Barcelona. Sin embargo, la eficacia de las medidas no se podrá cuantificar con exactitud hasta que el año que viene se pongan en marcha las primeras restricciones temporales con motivo de episodios intensos de contaminación.

LOS DATOS SOBRE LA MESA

La media anual de partículas PM10 (partículas de un diámetro inferior a 10 micras) en las estaciones de medición de la ciudad de Barcelona fue de 28 microgramos por metro cúbico de aire en el 2015, una situación que cumple la normativa europea (40 microgramos) pero que aún está lejos de los valores límite de la OMS (20 microgramos).

La UE no actualiza sus umbrales desde 1998, "por lo que los valores de referencia deberían ser siempre los de la OMS", afirma Querol. "Hemos mejorado en los últimos años, pero no lo suficiente", insiste.

Rojas considera que la estimación de 600 muertos es conservadora y sin ánimo de causar alarma. De hecho, recuerda que hace una década investigadores del mismo instituto calcularon que cada año se producían 3.500 muertes prematuras en toda el área de Barcelona derivadas de la mala calidad del aire, así como una reducción media de la longevidad de los barceloneses de 14 meses. "Estudios en numerosas ciudades han observado una asociación incuestionable entre mortalidad y contaminación", insiste Rojas.

MÁS INGRESOS HOSPITALARIOS

Una evidencia clara del problema es que aumentan los ingresos hospitalarios en momentos de mala calidad del aire, con independencia de otros factores meteorológicos que también afectan a la mortalidad, como el calor o el frío, y de hábitos como el tabaquismo.

Ya en los años 80 del pasado siglo, un estudio estadounidense con más de un millón de personas observó que la mortalidad general se incrementaba en un 4%‐6% por cada aumento de 10 microgramos de PM2,5 (partículas de un diámetro inferior a 2,5 micras) en el aire, aunque en algunas patologías, como las bronquitis agudas, se alcanza incluso el 30%, según datos del ISGlobal.

El plan municipal de mejora de la calidad del aire se ha propuesto reducir en un 26% las emisiones de óxidos de nitrógeno y en un 30% las de micropartículas en suspensión, los dos principales contaminantes en el área de Barcelona, ambos vinculados a diversos cánceres y problemas respiratorios graves. Y como el tráfico rodado es responsable del 60% de la contaminación que se respira en la ciudad, está claro que los coches deben ser el sector más afectado por las políticas de control: concretamente, debería haber en circulación un 28% menos de vehículos.

EL CICLO DE LAS PARTÍCULAS Y LAS MASCARILLAS

Los vehículos generan una gran cantidad de partículas en el proceso de combustión de los motores y, en cantidades menores, como resultado del rozamiento de los neumáticos sobre el suelo y del desgaste de las pastillas de freno. El tráfico continuo, además, agita peligrosamente las micropartículas de todo tipo que han quedado depositadas en la calzada. Los contaminantes acaban siendo absorbidos por las personas a través de la respiración y, si son suficientemente finos, acaban en la sangre.

Las mascarillas tienen una eficacia muy modesta puesto que la contaminación es continua -penetra en todos los lugares ventilados durante las 24 horas del día- y, además, no son capaces de filtrar partículas del tamaño de unas pocas micras.

Los beneficios de las zonas verdes

Otra consecuencia beneficiosa de prescindir de los coches sería la transformación en zonas verdes del espacio actualmente ocupado por el tráfico, una posibilidad que reduciría las muertes prematuras anuales en otro centenar de casos, considera el epidemiólogo David Rojas. Un tercio de los habitantes de Barcelona, prosigue el estudio del ISGlobal, vive demasiado lejos de parques y zonas ajardinadas. "Además de absorber la contaminación, la vegetación protege del ruido e invita a los ciudadanos a practicar deporte", dicen los autores.

Rojas considera que la calidad del aire no llegará a niveles óptimos si las medidas propuestas y otras complementarias se aplican solo en la ciudad de Barcelona. En su opinión, es necesario un plan integral para toda el área metropolitana porque es precisamente la movilidad entre diferentes municipios la principal responsable del elevado tráfico actual. En la ciudad, según datos municipales, el 60% de los vehículos en circulación proceden de otras localidades. “Barcelona está haciendo cosas interesantes, pero sola no lo logrará -dice el investigador del ISGlobal-. La contaminación no conoce fronteras”.

El epidemiólogo considera que la clave es invertir en transporte público. “Para que el conductor se sienta atraído, debe ser lo suficientemente rápido, eficiente, puntual, con buena conectividad y que tenga continuidad. Favorecer las bicicletas no basta”.

Preocupación en el sector del automóvil

Las restricciones de tráfico en Barcelona no han sorprendido al sector del automóvil, que se está preparando para un cambio en las normas y las costumbres de la movilidad, pero sí están generando inquietud en empresas y trabajadores. La aceleración de las medidas para estrechar el cerco en las grandes urbes a los vehículos con motor de combustión interna ha puesto en alerta a los concesionarios de automóviles, que ven con preocupación los planes del Ayuntamiento de Barcelona.

La industria de automoción y los vendedores de vehículos reconocen que es necesario tomar medidas para paliar los altos niveles de polución en grandes ciudades como Barcelona con el objetivo de mejorar la calidad del aire pero discrepan de cómo lo está haciendo el equipo de gobierno de Ada Colau.

FALTA DE ALTERNATIVAS

Pocas horas después de que el ayuntamiento presentara el plan para reducir la contaminación, que incluye el veto a los coches más viejos a partir del 2020, algunas empresas y patronales del sector del automóvil empezaron a compartir sus dudas y críticas hasta que surgió la idea de promover una plataforma sectorial. "Estamos muy preocupados con los planes del Ayuntamiento de Barcelona y hemos empezado a crear una plataforma como contrapunto", ha explicado a este diario Miquel Donnay, presidente del Gremi del Motor, que agrupa los vendedores de coches de Barcelona.

"Se está forzando mucho la realidad -ha afirmado Donnay- sin ofrecer alternativas claras de movilidad como mejoras en el transporte público o en Rodalies y se limita la libertad de las personas". El representante de los concesionarios subraya que los más afectados por el veto a los coches viejos "serán personas que no se pueden cambiar de vehículo y que en muchos casos se ven obligadas a desplazarse en coche por falta de alternativas".

PARQUE ENVEJECIDO

El dirigente empresarial se plantea qué pasará si el veto a ciertos coches repercute negativamente en las fábricas cercanas. Por ahora, los fabricantes de vehículos se muestran cautos con la medida, que consideran que puede ayudar a renovar un parque automovilístico con una media de 12 años de antigüedad. "Las medidas anunciadas por Barcelona y otras ciudades están en línea con las propuestas de de los fabricantes para retirar de circulación los coches más antiguos", indica un portavoz de la Asociación de Fabricantes de Automóviles (Anfac), que reitera la necesidad de que haya ayudas como el PIVE para el cambio de vehículo.

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