El directivo de Cepsa ha explicado que, para hacer funcionar una refinería, hace falta una declaración ambiental integrada y que, en el caso de la de Tenerife, "las exigencias son más duras que en ninguna otra parte de España". Teniendo en cuenta además que en las Islas Canarias no hay gas, ha añadido, va a ser muy complicado poder hacer funcionar la Refinería de Santa Cruz de Tenerife.
"A mí me duele tener la Refinería parada", ha afirmado Pedro Miró, que ha apuntado que hay recurridas multitud de disposiciones normativas pero que, en las condiciones actuales, la planta no se puede poner en marcha para que la empresa sufra además "una campaña de desprestigio", que afectaría a su reputación.
En concreto, el vicepresidente y consejero delegado de Cepsa ha indicado que la compañía tiene recurrido el Plan de Calidad del Aire aprobado por el Gobierno de Canarias a principios de 2014, documento que obliga a la planta situada en Santa Cruz de Tenerife a reducir las emisiones de dióxido de azufre en un 29%. Miró ha señalado que ha supuesto "un esfuerzo muy grande" mantener la actividad, pero ha destacado que "el grupo tiene un compromiso con los empleados".
No obstante, el directivo de Cepsa ha indicado que en Europa sobra capacidad de refino y que el mercado "no se ha resentido en absoluto" por la parada de Tenerife. Pedro Miró recuerda que Cepsa cuenta con tres refinerías en España, la de Santa Cruz de Tenerife, La Rábida en Huelva y Gibraltar-San Roque en Cádiz.
En el pasado mes de julio, el vicepresidente y consejero delegado de Cepsa informó de que las pérdidas económicas de la compañía por la paralización de la Refinería chicharrera ya rondan los 80 millones de euros. Según aseguró Pedro Miró, la compañía ha perdido unos 40 millones de euros al año desde que entró en vigor el Plan de Calidad del Aire del Gobierno de Canarias. "No es sencillo explicar a nuestro accionista que estamos manteniendo una planta que pierde dinero", indicó el consejero delegado de la empresa en relación a su propietario, IPIC, firma del emirato de Abu Dhabi.
El Gobierno de Canarias explicó en su momento que uno de los motivos por los que sacaba adelante el nuevo Plan de Calidad del Aire Santa Cruz-La Laguna se debía a que una de las estaciones, concretamente la que se encuentra en las proximidades de la piscina municipal de la capital chicharrera, detectaba en 2011 que se había superado el límite horario de 350 microgramos por metro cúbico en 46 ocasiones -el límite horario está fijado por ley en 24 superaciones la hora- y que también se había superado el límite diario en cuatro ocasiones, establecido en 125 microgramos por metro cúbico de dióxido de azufre. Según la normativa vigente, la Refinería sólo puede superar este límite diario en tres ocasiones.
Asimismo, la Comunidad Autónoma también alegó que en los estudios encargados para poder redactar el nuevo documento se especificaba que la Refinería tenía un claro efecto sobre la calidad del aire de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, especialmente en los niveles de contaminación por dióxido de azufre "debido a las emisiones de la misma". Los estudios también decían que la zona de influencia de la Refinería por contaminación de dióxido de azufre se extiende a un radio de tres kilómetros alrededor de la misma, "produciéndose los incrementos más significativos en los niveles de inmisión de dicho contaminante debidos a esta planta en una dirección predominante hacia el Norte-Noreste desde la misma".
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